Mario Ríos (24) tenía 5 años cuando recibió un pelotazo en la cara que le cambió la vida para siempre. Todavía no lo sabía, pero sufría oftalmia, una condición que se presenta en uno de cada mil chicos. Al año, perdió la vista del lado derecho. Y cuando tenía 7, la del izquierdo.
Había dos caminos. Y Mario eligió seguir. Apoyado en sus padres y en su abuelo, entendió desde chico que todo iba a ser más difícil, pero no imposible. La semana pasada, aquella decisión tuvo sus frutos: fue citado y jugará los Juegos Paralímpicos París 2024 con la Selección Argentina de Fútbol para Ciegos, Los Murciélagos.
“Escuchar mi nombre fue algo increíble, agradezco a Dios por mantenerme intacta la ilusión, eso me hizo levantarme y pelear todos los días con una sonrisa”, dijo desde Buenos Aires el goleador posadeño, quien habló con EL DEPORTIVO en la recta final rumbo a sus primeros Paralímpicos.
Mario… ¿cómo fue escuchar tu nombre en la lista final para París 2024?
Fue una felicidad total. Escuchar mi nombre fue algo increíble, una emoción total. Encima me tocó ser uno de los últimos en ser mencionado, entonces ya sobre el final pensé que no estaba. Y es que vengo de una rotura de ligamentos cruzados en noviembre último y nadie se lo esperaba. Tenía la ilusión, pero era difícil. Sin dudas, creo que el cuerpo técnico confía en mí, así que quiero retribuirles eso en la cancha.
¿Cómo fue ese momento? ¿Dónde estabas?
Nos dieron la noticia el sábado 27 de julio por la noche. Nos pidieron que estemos cada uno con sus seres queridos, sobre todo para recibir la fortaleza y el apoyo de la familia pase lo que pase. Y a mí me tocó estar en Buenos Aires, solo (se ríe). Ahí mandaron un audio con la lista. Y fue una mezcla de sensaciones, felicidad pero nostalgia también por estar lejos de mi familia.
Imagino que lo primero que hiciste fue llamarlos…
Sí, sí... Apenas me enteré, llamé a mis viejos Claudio y Rosa. Estuvimos hablando hasta la madrugada, así que imaginate… Mi viejo no podía hablar, estaba muy emocionado. Los dos estaban en shock.
¿Qué fue lo primero que te dijeron?
Me recordaron todo el esfuerzo que hice y me pidieron que no me olvide de lo que me enseñó mi abuelo, que siempre me decía que la vida era difícil, que había que trabajar duro, pero que la lucha era día a día… Y me pidieron que me acuerde de todas las veces que lloraba cuando era chico por lo de la ceguera.
Es una historia fuerte y un verdadero ejemplo…
Cuando yo era chiquito, tenía la ilusión de jugar a la pelota.. y cuando me pasó todo esto… jugaba al fútbol con una botella de plástico en el patio de casa porque era lo único que hacía ruido y me permitía jugar… Me crié jugando así porque era ciego. Y bueno, se había terminado para mí la ilusión de jugar al fútbol, pero al menos tenía esa satisfacción de poder jugar en el patio de casa. Hasta que un día conocí a Nelson Branford y con él descubrí el fútbol para ciegos, allá por 2013. No tenía ni zapatillas para jugar, así que me iba con ellos a la plaza y jugaba con mocasines… llovía y en el barro, yo con ropa de fútbol y mocasines (se ríe).
Hoy ya tenés tu lugar en París… ¿qué reflexión hacés?
Le doy gracias a Dios porque siempre me mantuvo la ilusión intacta. En un momento, para mí todo se había terminado, pero siempre estaba esa espina de que había algo más, de que algo tenía que aparecer. Primero empecé con las artes marciales… y cuando arranqué con el fútbol para ciegos, me metí de lleno. Esa ilusión hizo que me levante todos los días a luchar, a pelearla pero siempre con una sonrisa, como me enseñó mi abuelo. Siempre hay cosas malas, todos pasamos por eso, pero hay que tomarlo siempre de la mejor manera.
¿Cómo es ahora la agenda rumbo a los JJOO?
Vamos a viajar el 24 de agosto y, si Dios quiere, estaremos en el último partido y volveremos recién el 8 de septiembre. Allá serán dos grupos, en el A están Turquía, Francia, China y Brasil; y en el B, nosotros, Japón, Colombia y Marruecos. Es el grupo de la muerte, no nos gustó nada la zona (se ríe), hay rivales difíciles, pero para ser campeones tenemos que ganarles a todos.
Van a ser tus primeros Juegos… ¿cuál es la expectativa?
Siento que tengo que dar lo mejor de mí. El cuerpo técnico confió en mí y tengo que retribuir eso en la cancha. Voy a sacrificarme por el equipo lo más que pueda. Si tengo que volver a romperme los ligamentos, lo voy a hacer. La expectativa es traer una medalla, Argentina tiene que estar siempre en el podio. Mi objetivo es dejar a la Argentina y a Misiones en lo más alto, soy consciente de que represento a mi país y a mi provincia.
“Es un orgullo para todos”
Antes de viajar a Buenos Aires para la última concentración previo a los Juegos Paralímpicos, que comenzarán el 28 de agosto, Mario Ríos fue recibido por el gobernador Hugo Passalacqua.
“Es un orgullo para todos los misioneros tener a alguien representándonos a ese nivel es algo complejo y difícil. Su ejemplo estimula a la gurisada”, sintetizó el mandatario provincial.
Argentina debutará el domingo 1 de septiembre a las 8.30 ante Marruecos. Al otro día, a las 6.30, se vendrá Colombia. Y el martes 3, desde las 8.30, Japón.