Durante la mañana de ayer, se realizó la última audiencia en el juicio seguido a un hombre de 46 años, acusado de abusar sexualmente de sus hijas biológicas y en este caso los jueces entendieron que es culpable del delito de “abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por el vínculo y la convivencia” en perjuicio de su hija de 13 años al momento del hecho y “abuso sexual doblemente agravado y corrupción de menores”, en cuanto a su hija de 11 años. El Tribunal fue presidido por Ángel Atilio León y acompañaron los camaristas Adriana Andino y Eduardo Jourdan.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que también al ahora condenado se le atribuye una cantidad no determinada exactamente de hechos de abusos simples (tocamientos) que las víctimas manifestaron en declaraciones en Cámara Gesell que se daban en momentos que quedaban a dormir con su padre.
Durante la jornada de ayer, el hombre tuvo la oportunidad para sus palabras finales antes de oír la sentencia, pero optó por el silencio. En la jornada de alegatos, el jueves 1 de agosto, su abogado defensor había solicitado la absolución por no existir supuestamente elementos para incriminarlo y debían otorgarle el beneficio de la duda.
Ese mismo día, el representante del Ministerio Público Fiscal, Federico José Rodríguez, solicitó una condena de 11 años de prisión y que se agregue la figura de “corrupción de menores” como acusación para el caso en perjuicio de la menor de las niñas ya que se desprendió del debate que el sospechoso le decía que todo lo que él hacía con su hermana ella debía repetirlo y estaba bien.
El sospechoso llegó detenido al debate y una vez finalizada la instrucción de la causa y el propio juicio, la Justicia le endilgó el haber sometido a sus hijas a abusos sexuales entre 2019 y 2020, en su vivienda de Puerto Esperanza, donde residieron bajo el mismo techo.
Tal cual publicó este Diario, Según el relato de las menores en Cámara Gesell, la mayor de ellas afirmó que fue accedida carnalmente, en su habitación y en la vivienda donde convivía con su padre cuando visitaba. Precisó que era sorprendida por el acusado mientras descansaba.
La niña recordó que su propio progenitor se le subía encima, la manoseaba en los pechos, en algunas ocasiones le hacía sacar sus prendas de vestir y la obligaba a darle besos en la boca, siempre en base a la misma fuente. Esto habría sucedido en forma reiterada.
Mientras que los hechos en perjuicio de la integridad sexual de la hija de 11 años del imputado ocurrieron en tres oportunidades, en el transcurso de 2020, indicaron las mismas fuentes.
De acuerdo a lo que consta en el expediente, en 2019 la madre de las víctimas se separó del hombre y pidió la custodia de sus hijas, aparentemente por problemas de adicción del encartado y que fue en esas circunstancias que las menores comenzaron a visitar a su padre debido a que en Defensoría le habrían dicho que “estaban bien con su papá para convivir por un tiempo”.
En 2020, el hombre fue denunciado por un supuesto abuso de una sobrina, y por ello, la madre de las niñas decidió que volvieran con ella. Además, solicitó que el hombre no se acerque más a sus cuatro hijos y recién se enteró de los abusos a las niñas en 2021, año en el que detuvieron al ahora condenado.