La preocupante dinámica del dólar operado en los segmentos alternativos al control de cambios volvió a destacarse en la semana, con nuevos precios máximos nominales, ampliación de la brecha cambiaria y una creciente incertidumbre acerca de la resolución que el Gobierno podría darle al “cepo” en esta “segunda fase” del programa económico.
El dólar libre llegó a los $1.500 para la venta, una cifra redonda que encendió la alarma, cada vez más cerca del precio del dólar “ahorro” al que accede el público minorista en bancos.
El billete “blue” escaló 80 pesos o 5,6% en la semana y encadenó cinco alzas consecutivas a partir del jueves 4. La divisa ya define a julio como el tercer mes seguido con un ascenso marcado y por encima de la inflación, con una ganancia de 130 pesos o 9,5%.
Con un dólar mayorista que subió 5,50 pesos o 0,4% semanal, a $921,50, la brecha cambiaria se extendió al 62,8%, la más grande en siete meses, desde el 12 de diciembre, antes de la devaluación que elevó al tipo de cambio oficial a los 800 pesos.
Tanto el presidente Javier Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, emitieron declaraciones en los últimos días para dar certidumbre a los agentes financieros acerca del sendero elegido para alcanzar la unificación cambiaria, aunque sin detalle de fechas.
Todo pareció indicar que los operadores necesitan más precisiones para cambiar sus expectativas sobre un eventual salto discreto del dólar mayorista para cerrar la brecha.
Los analistas de la Consultora 1816 señalaron que “Milei habló el martes de tres condiciones concretas para levantar el cepo. Uno, eliminar los pasivos remunerados: pos licitación del Tesoro van quedando solo $10 billones de Pases y se eliminarán por completo bien pronto, con el lanzamiento de las Letras Fiscales de Liquidez. Dos, eliminar los puts: estimamos que quedan $15,5 billones en total -y solo $13 billones de puts americanos- y vemos dos salidas posibles, una en la que el Gobierno recompra solo las opciones, dejando los bonos largos en cartera de los bancos (problema: los bancos no van a querer vender los puts voluntariamente) y otra, en la que el Gobierno ofrece un canje de los títulos largos con puts por títulos cortos sin puts (problema: sería hacer lo opuesto a los que se ofreció en el canje de marzo de 2024). Tres, que la inflación converja al crawl: el tema es qué pasa si el IPC no perfora el 4% pronto”.
“El recorte de 10 puntos porcentuales del impuesto PAIS es un momento clave en el que el Gobierno podrá definir si ratifica la estrategia actual -bajando el tipo de cambio importador- o achicar la brecha entre el contado con liquidación y el A3500. Mantenemos el escenario base de que el cepo se levanta en 2024, dado que en 2025 hay elecciones -suponemos que salir del cepo implica salto cambiario y, por ende, aceleración de la inflación y que en diciembre de 2024 vence el impuesto PAIS”, detallaron desde la consultora 1816.
Estrategia de la Casa Rosada
Los expertos de Puente precisaron que “el Ministro de Economía aseveró que la reducción del Impuesto PAIS, tributo que se abona sobre ciertas operaciones en moneda extranjera, tendrá lugar en el mes de septiembre y pasará del 17,5% (actual) al 7,5%. Al mismo tiempo, aseguró que el ritmo de devaluación seguirá siendo del 2% mensual para mantener la trayectoria de reducción de la inflación. Por otro lado, descartó que en septiembre tenga lugar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque aseguró que las conversiones avanzan para que sea efectivo este año”.
“Por ahora, los controles cambiarios desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio fiscal y en apoyar la acumulación de reservas y, en nuestro escenario base, no esperamos que aumenten más hasta fin de año. Una vez que la actividad económica se recupere, es probable que comience a deteriorarse el superávit comercial a medida que se recuperan las importaciones”, comentó Javier Casabal, estratega de Renta Fija de Adcap Grupo Financiero.
El saldo comprador del Banco Central en el mercado de cambios alcanzó los US$ 154 millones en la semana, con cuatro ruedas operativas con saldo a favor -por el feriado del martes 9-.
Las reservas internacionales brutas, en los US$ 28.274 millones, se redujeron en US$ 1.672 millones o 5,6% desde el viernes 5, básicamente por el pago de capital e intereses de los bonos Globales y Bonares entre el lunes y el miércoles.
Merval
Un dato saliente de la semana financiera -y que quedó opacado por el récord del dólar libre- fue el máximo nominal obtenido por el índice S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, por primera vez por encima de 1.700.000 puntos.
El panel de acciones líderes, ahora en 1.715.610 unidades, registró desde el viernes anterior una ganancia de 5,2% en pesos y de 2,2% en dólares según la paridad del “contado con liquidación”.
El S&P Merval conserva en lo que va el año un avance de 25% en dólares, y de 84% en pesos, para quedar por primera vez en 2024 por encima de la tasa de inflación acumulada, en torno al 80%.
En cuanto a la renta fija, los expertos de el Grupo IEB (Invertir en Bolsa) detallaron que “el mercado sigue de cerca la dinámica del BCRA en el MULC sabiendo que el segundo semestre del año es más complicado en términos de acumulación de reservas. La buena rueda que tuvieron el miércoles los soberanos hard dollar, puede explicarse en parte por la reinversión del pago de cupones y amortizaciones. El día jueves los bonos vuelven a tener otra rueda positiva impulsados por un contexto internacional muy favorable luego de conocerse el buen dato de inflación de junio en Estados Unidos y acumulan una suba de 2,2% en la semana”.
En ese sentido, el riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos con sus pares emergentes, quedó en los 1.511 puntos básicos, un nivel similar al que exhibió previamente al corte de cupón de los títulos Globales y Bonares.
Contexto crítico
Desde Cohen alertaron que las preocupaciones sobre el futuro del mercado cambiario están en aumento debido a la complejidad del contexto internacional, producto de la fortaleza de la economía estadounidense que contrasta con las fragilidades en el resto del mundo y robustece al dólar a nivel global particularmente contra las monedas emergentes.
“Con el esquema cambiario aún intacto -manteniendo estrictamente una devaluación en torno al 2% m/m, muy por debajo de la dinámica de la inflación local- y el fortalecimiento del dólar en el mundo, el TCRM (Tipo de Cambio Real Multilateral) se apreció otro 4% en junio y ya está 5% por debajo del nivel de un año atrás. Esto significa que ya perdió la ganancia en competitividad que le aportaron los saltos de tipo de cambio de agosto y diciembre pasado”, observaron.
En paralelo, advirtieron que el proceso de baja de tasas del BCRA finalizó a finales de mayo -recordemos que la redujo de 11% a 3,3% la Tasa Efectiva Mensual (TEM) en cinco meses-, cuando los menores rendimientos provocaron un fuerte rebote en los dólares financieros.
“Creemos que, en este contexto, las tasas de interés se mantendrán estables en los próximos meses e incluso podrían mostrar una tendencia al alza ante las necesidades de roll-over del Tesoro”, concluyeron desde la consultora.