Pacto de Mayo, Consejo de Mayo y más relato. El presidente Javier Milei se prepara para relanzar su gestión en una suerte de segunda fase partiendo de una primera carente de resultados y con millones más de pobres.
Entre los egos, las sospechas internas y más de cincuenta funcionarios caídos solo durante el primer semestre, las expectativas que la mayoría de los argentinos pusieron sobre el nuevo mandatario huelen a desazón y el pesimismo sobre el futuro de las economías familiares vuelve a ser la sensación común.
Pendiente de las encuestas y los niveles de popularidad, el Gobierno apostó a la representación de un pacto sin volumen más que un acta de deseos y objetivos como los que, por ejemplo, plantean a nivel mundial los Objetivos de Desarrollo Sostenible (para 2030 ya no debería haber hambre ni pobreza en el planeta). Es decir, aunque objetivamente son casi imposibles, si de verdad no se generan las condiciones para cumplirlos, son nada más que exhortaciones al optimismo sin ninguna base sólida. El noveno punto del Pacto, por ejemplo, plantea la necesidad de “una reforma previsional que le dé sustentabilidad al sistema y respete a quienes aportaron”.
Lo propone nada menos que el mismo Gobierno que licua las jubilaciones al punto tal que explican un tercio del superávit fiscal. Relato puro.
La firma del Pacto sucedió en la misma semana en la que el Presidente que impulsa abiertamente la libertad de mercado denunció abiertamente golpes desestabilizadores del mercado, tal y como lo hacen a diario los gobiernos populares que tanto dice odiar.