El Tribunal Penal de Eldorado condenó a 16 años de prisión a un hombre por propinarle golpizas, martillar y abusar sexualmente de su hija, desde que tenía seis años y hasta los 14, según fuentes del caso.
Fue en un juicio abreviado donde el imputado, actualmente de 66 años, aceptó su responsabilidad y la materialidad de los hechos, con la presencia de su abogado defensor y del representante fiscal de dicho Tribunal.
El último hecho cometido por el imputado, según se desprende de los testimonios de sus hijos y de los indicios recabados en la instrucción de la causa, fue la tarde del viernes 3 de septiembre de 2021, en una vivienda de uno de los barrios de la periferia de Eldorado. En dicho lugar residía la víctima, en ese entonces de 14 años, junto a su padre y un hermano también menor.
Según la investigación basada en declaraciones, eran las 19.30 cuando el acusado, quien es mayor de edad, llegó alcoholizado.
Los hermanos se encerraron en su habitación con candado, porque afirmaron que era frecuente que su progenitor llegara tras beber copiosamente y los amenazara con armas de fuego, tenía pistola, escopeta y rifle y decía que les iba a pegar un tiro. También los agredía con una guacha de cuero.
Sin embargo, esa tarde no iba a ser una más. Lo primero que hizo el individuo fue cortar la energía eléctrica de la casa. La violencia en su máxima expresión se estaba por manifestar.
Sangre en la oscuridad
El hombre les suplicó a sus dos hijos que abrieran la puerta de la habitación. El lugar estaba oscuro. Los menores confiaron en su padre y lo dejaron entrar. El hombre se sentó en la cama y les dijo “es al pedo que se hagan de los locos, deben aguantar a ser mayores de edad”.
Ante la frase casi sin sentido, su hija le pidió que se retirara porque se quería acostar. Esto enfureció al individuo. En esos momentos la adolescente sostenía dos teléfonos celulares, el propio y el del hermano. Con el primero alumbraba en la oscuridad en modo linterna. Su padre tomó primero el móvil de su hijo y lo arrojó al piso y lo destrozó, al tiempo que comenzó a apretar el cuello de su hija y la agarró del cabello. En eso su hijo, en valiente actitud en defensa de su hermana, agarró desde atrás y por el cuello a su padre para que la soltara.
La menor le manifestó a su padre que iba a llamar a la policía pero que si la soltaba “quedaban derechos” y no lo denunciaba, por lo que el imputado le hizo caso. Fue allí que el hombre arremetió contra su hijo varón y lo comenzó a agredir agarrando fuerte de su cuello y con golpes de puño.
La secuencia violenta continuó esta vez cuando la menor le arrojó a su padre una botella de caña (que el hombre antes estaba bebiendo) y entonces el individuo tomó un martillo. Primero le lesionó un dedo y cuando le apuntó a la cabeza la menor puso como mecanismo de defensa el celular que le quedaba, que amortiguó el golpe del martillo.
Un tercer martillazo impactó en el pecho de la joven, cuando finalmente el hermano le dio un barretazo en la cabeza al padre para detenerlo. Tras escapar por la ventana avisaron a una vecina, quien llamó a la policía.
Se quebró
Al declarar en Cámara Gesell la adolescente contó que era manoseada desde los seis años por su padre, quien llegaba alcoholizado y la sometía bajo amenazas y golpizas. Más adelante comenzó a violarla sin preservativos y le compraba pastillas anticonceptivas para que no quedara embarazada.
Estos abusos eran cometidos de noche en la vivienda familiar y cuando los hermanos de la víctima descansaban, también en una casa de madera construida en el mismo terreno, indicó la menor.