El único detenido por el presunto secuestro de una adolescente en Garupá recuperó su libertad este viernes, aunque quedará supeditado a la causa, luego que se desestimaron las pruebas en su contra.
El hombre en cuestión tiene 56 años y es propietario de una funeraria en esa localidad. También posee una camioneta Fiat Doblo blanca, de similares características a la nombrada en la denuncia por la víctima.
Fue detenido ayer por la noche tras un operativo, que involucró el allanamiento de dos viviendas en los barrios Ñu Porá y 25 Viviendas. En paralelo, policías encubiertos de la Unidad Regional X bajo directivas del juez de Instrucción 7, Miguel Mattos quien investiga la causa, revisaron la casa de sepelios, situada sobre colectora de la ruta 12 en el ingreso a Garupá.
Como resultado de los allanamientos, secuestraron jeringas, ampollas de vidrio utilizadas y gasas, estetoscopios en las dos viviendas mientras que en la funeraria secuestraron un colchón de una plaza, un jean, un par de zapatillas, una careta y los videos de las cámaras de seguridad.
Cómo la víctima, de 15 años, dijo que en esas horas que estuvo secuestrado le extrajeron sangre, los elementos confiscados hacían pensar que podía tratarse del secuestrador. No obstante, con el correr de las horas se comprobó que pertenecían a su pareja, quien es enfermera.
Adentro del vehículo del dueño de la funeraria encontraron manchas rojas. Si bien primero se especuló que era sangre, finalmente terminó siendo pintura.
Cabe recordar que los exámenes preliminares que le practicaron a la adolescente, arrojaron que tenía lesiones en el abdomen y en los brazos, que pueden coincidir con pinchazos de jeringa, de ataduras y signos de haber estado secuestrada.
El Caso
De acuerdo a la información que recopiló PRIMERA EDICIÓN, una joven de 15 años denunció en Garupá que el miércoles, alrededor de las 13, fue interceptada por un hombre quien luego de preguntarle la hora, supuestamente la dopó con un pañuelo y la subió a un vehículo. Esto ocurrió cuando se dirigía al BOP 35.
En el utilitario habría otra persona que ocultaba su rostro con una máscara de animal y hablaban en español y portugués, dijo la víctima.
La adolescente fue liberada varias horas después y al llegar a su vivienda, en estado de shock, le relató a su progenitor lo sucedido. Siempre de acuerdo a la denuncia realizada en la comisaría Quinta dependiente de la Unidad Regional X, a la menor le introdujeron una aguja en el brazo y le extrajeron sangre. En el informe médico tanto del legista policial como del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial, se detectaron lesiones en el estómago y en un brazo que podrían coincidir con pinchazos.
Respecto al lugar donde habría estado cautiva por un lapso de seis horas, menciona una especie de galpón con una camilla y no mucho más porque sentía mareos y no podía mantenerse consciente. Cuando fue liberada, sobre calle Los Yerbales entre Claveles y Azalea del barrio Ñu Porá, dijo que el vehículo se fue con rumbo desconocido y luego de unos minutos, pudo reincorporarse y llegar hasta su casa.
En cuanto a las características que pudo aportar sobre el hombre que la contactó en primera instancia y que no ocultaba su rostro, dijo que era calvo, de contextura robusta y que vestía remera blanca y un pantalón de jean azul.