El diputado nacional renovador Alberto Arrúa, quien además es secretario general del Partido Justicialista en Misiones, quedó en una encrucijada en las últimas horas cuando el PJ nacional emitió un comunicado donde repudia “enérgicamente el pedido del Gobierno nacional a la aprobación de la Ley Bases”.
Al respecto, el legislador misionero sostuvo este martes en la FM 89.3 Santa María de las Misiones que, en su posición política, comparte con el PJ que la Ley Bases necesita modificaciones y él apuesta a que, una vez que pase por Diputados y por el Senado, puedan hacerse esas modificaciones que le hacen falta para no perjudicar más a la gente.
Sin embargo, “hoy estoy en mi rol de diputado de la Nación por el Frente Renovador, del cual el Partido Justicialista forma parte, y que tiene un espíritu de gobernabilidad que le ha resultado siempre y acompaña todos los proyectos que el Gobierno nacional tiene para llevar adelante su política. El gobierno de Javier Milei ha ganado ampliamente en la provincia, en las tres oportunidades (elecciones de 2023) y la renovación siempre tuvo ese espíritu democrático de colaborar y dar gobernabilidad para que lleven adelante el proyecto colectivo, para que la gente vea y entienda si lo que votó realmente sirve o no”, argumentó.
Arrúa distinguió así que “si te tengo que hablar como secretario general del PJ, obviamente que estoy en contra de la ley. Obviamente estamos en contra porque es algo que entendemos que no colabora con el cotidiano de la gente, no colabora con las PyMES, y no colabora con la industria nacional en muchos de los temas. Nosotros tratamos de pelearla. Creo que todos saben que es una ley que entró con estos artículos y nosotros hemos planteado muchísimas disidencias”.
Sin embargo, algunos puntos “nos exceden a nosotros porque somos un grupo de cuatro diputados en un universo de 256. Tratamos de ‘desplumarlo’ lo que más que pudimos como decimos nosotros en política. Hubo artículos que nosotros sí creemos que hacen mucho daño y que llegaron a pasar por los acuerdos que había, pero todo lo que pudimos hacer, lo hicimos. Lo vamos a seguir haciendo porque esta ley va a salir con disidencias y será con algunos cambios. Vamos a ir buscando la forma de que todos esos artículos que generan daño a la gente se saquen, eso es una realidad”.
“Yo creo que no hay ambigüedades, simplemente tiene que ver con el hecho de la elección del Partido Justicialista en relación a su base doctrinaria y que comparto totalmente. Pero nosotros tenemos un compromiso político porque formamos parte de un frente que es el Renovador y si ellos dicen que hay que darle gobernabilidad (a Milei) para que la gente vea si el proyecto político que votó realmente es beneficioso al pueblo, hay que hacerlo y eso fue lo que hicimos: acompañar en base al respeto de la democracia”.
Añadió que “más allá de las convicciones como peronista, hablaría muy mal de mí si yo soy diputado nacional de un Frente, gracias a la generosidad política de ese Frente de darme este lugar, pero yo desconozco esa generosidad y me pongo a plantear otras cosas. Entiendo el espíritu doctrinario de donde vengo, pero también entiendo que soy diputado nacional porque los misioneros me votaron, pero no a mí, sino a un proyecto político que es el Frente Renovador, del cual fui candidato”.
El futuro del PJ nacional y provincial
Con respecto a la conducción del PJ a nivel nacional, que se pondrá en juego en noviembre, Arrúa manifestó que “hay distintas líneas políticas que están caminando a lo largo y ancho del país, hay muchos protagonistas y ya sea Axel (Kicillof), el “Cuervo” Larroque, (Guillermo) Moreno, (Victoria) Tolosa Paz, hay muchos que están caminando al territorio y se habla por ahí bajo cuerda de que va a haber una lista de unidad. Yo creo que sería muy sano para el Partido Justicialista poder tener unas elecciones claras y que quien sea presidente del partido a nivel nacional esté acompañado por la legitimidad de las urnas”.
“En Misiones el partido está ordenado. Nosotros tuvimos una situación el año pasado que quien era el presidente del Partido renunció, pero tuvimos el corrimiento como corresponde y la que era vicepresidente asumió el cargo y las autoridades están en sus funciones hasta fines del 2025. Se podría estar llamando a elecciones en los primeros meses del 2026”.
En cuanto al rumor de un llamado a elecciones antes de esa fecha, Arrúa aseguró que “eso está descartado, nosotros no tenemos por qué llamar a elecciones en un partido que estamos en plena construcción. Tenemos un equipo totalmente sólido entre Miriam Comparín, el presidente del Congreso Wilson Rodríguez, los distintos congresales de los 17 departamentos, los consejeros… La verdad es que tenemos un equipo sólido y caminamos todos con el mismo espíritu de construcción del Partido Justicialista. Llamar a elecciones hoy sería complicar una situación que no es necesaria porque nadie está haciendo uso de facultades que no le corresponde, sino que por ley estamos totalmente legales”.
“Vergonzoso”
En cuanto al escándalo de los alimentos que quedaron en los galpones, sin entregarse, y que sacudió al ministerio de Capital Humano, el legislador nacional aseveró que “lo de (Sandra) Pettovello fue vergonzoso. Tuvimos el problema en Bahía Blanca y el Ejecutivo nacional no puede decir que en Bahía Blanca se tenía que arreglar como podían. Quedó bien claro de que fue una excusa. Lo único que me queda decir con respecto a los alimentos que estaban en estos galpones es que uno como peronista o como persona que se preocupa por la justicia social y la asistencia social, eso es ir en contra de la gente que más necesita realmente es una lástima, es de no tener la humanidad suficiente como para estar en cargo político”.
“Hay algo de lo que Perón te hablaba y era de la comunidad organizada, que es toda esa gente que ven que en su barrio la están pasando mal y deciden armar un comedor. Y no son empleadores del Estado, es la comunidad que se está organizando para tratar de resolver situaciones cotidianas. Esa comunidad realizada es la que se desorganizó hoy, sacándole comedores, sacándole los productos que tenían para darle la comida a la gente. Después de cuatro o cinco meses sin enviar comida salieron a hacer un relevamiento donde supuestamente no había comedores. Y claro, si hace cuatro o cinco meses que no se envía comida, obviamente que los comedores iban a estar cerrados. Quisieron justificar que eran todos comedores fantasmas para poder justificar la inoperancia del Gobierno”, sentenció.