Un albañil de 37 años y oriundo de El Alcázar (Misiones) fue condenado por un Tribunal Federal de Corrientes a la pena de cuatro años de prisión por transportar más de 23 kilogramos de marihuana.
Fue mediante un juicio abreviado que se firmó el pasado viernes, entre el imputado y su abogado y la fiscalía, donde el hombre reconoció su culpabilidad en el hecho, que se remonta a los primeros minutos del domingo 27 de noviembre de 2022.
La misma pena recibió en diciembre pasado un joven, de 23 años, que dijo ser su empleado y coimputado en la causa, también trabajador de la construcción y domiciliado en la misma localidad misionera.
El día en que los individuos fueron detenidos, a las 0.30, fueron interceptados por personal del Escuadrón 7 Paso de los Libres “Cabo Misael Pereyra” de Gendarmería Nacional, quienes efectuaban un operativo de control sobre la ruta nacional 14, kilómetro 536, precisamente en el acceso a la localidad de Tapebicuá (Corrientes).
A unos 400 metros del control -sentido norte sur-, los gendarmes observaron un vehículo particular cuyo conductor disminuyó la velocidad de manera brusca y estacionó a un costado de la cinta asfáltica, apagando la totalidad de las luces y realizando un giro en U, en un sector no autorizado. Acto seguido, el chofer emprendió un nuevo recorrido en dirección Sur – Norte. Esta maniobra llamó la atención de los efectivos, que iniciaron un seguimiento controlado del rodado, que detuvo su marcha en el kilómetro 541 de la esa misma carretera.
Al detenerse, el conductor expresó que se dirigía desde la localidad de El Alcázar, provincia de Misiones hasta Castelar, provincia de Buenos Aires y que realizó la maniobra brusca ya que quería dirigirse hacia el pueblo más cercano para descansar. Luego y una vez en el puesto de Gendarmería revisaron el vehículo, un Peugeot 405, tipo Sedán.
Contradicción
Finalizado el control, el conductor aceleró de manera veloz y la situación llamó la atención de los gendarmes, ya que contradijo la versión anterior, por lo que se desplegó una patrulla hacia el sector donde el vehículo detuvo anteriormente su marcha. Allí, los efectivos hallaron sobre la banquina tres mochilas tipo “trekking” negras y azules, destacándose que denotaban que fueron arrojadas a distancia, ya que se encontraban sobrepuestas en un mismo sector.
Al acercarse a las mismas, los pesquisas observaron a prima facie que las mochilas contenían paquetes de color ocre que emanaban un fuerte aroma característico a la marihuana, permaneciendo personal resguardando el lugar. El Peugeot fue ubicado y sus conductores detenidos a 10 kilómetros del puesto de control.
El conductor, luego de detenerse en la banquina de la ruta, tuvo una actitud evasiva y desafiante. Extrajo su teléfono celular y expreso: “Voy a filmar todo lo que pasa por si me quieren culpar de algo”, por lo que se procedió a buscar los testigos de rigor, los cuales, con las medidas de seguridad del caso, fueron trasladados al lugar de los hechos.
Se abrieron las mochilas constatando en su interior once paquetes rectangulares o ladrillos con cannabis sativa que arrojaron un peso total de 23,890 kilogramos.
Por otra parte, conforme lo demostrado por el can detector, dentro del automóvil se estaría en presencia de “olor muerto”, es decir con vestigios que permanecen en el ambiente. Un dato no menor es que el hombre que viajaba de acompañante, quien también firmó un juicio abreviado por cuatro años de prisión admitiendo el delito de transporte de estupefacientes, dijo en la etapa de instrucción y durante la indagatoria que su patrón le habría ordenado arrojar las mochilas. “Antes del control frena de golpe, me despierto y me dice tirá la mochila, eso es marihuana”, afirmó.