En la nota de la semana pasada escribí los dos primeros pilares, y los más importantes, sobre los que reposa la formación del carácter del perro. Hoy les voy a contar acerca de los dos restantes.
La SUBORDINACIÓN es donde vamos a establecer pautas de liderazgo positivo que garanticen el equilibrio físico, psíquico y emocional de nuestro perro. Lamentablemente, y por razones históricas de nuestra nación, este concepto no tiene buena prensa, pero, nos guste o no, es la forma de organización social de los perros asilvestrados.
Cuando un perro forma parte de una familia humana, va a seguir este mismo patrón de comportamiento social y establecerá individualmente con cada uno de los miembros de la familia una relación de dominancia o subordinación. Esto no se logra con autoritarismo si no con mensajes claros y firmes con respecto a las reglas de convivencia.
El cuarto y último pilar, la EDUCACIÓN, es el adiestramiento del perro en obediencia, a través de premios y correcciones, para generar canales de comunicación claros. El perro, en el actual contexto, ya no está confinado a un patio, hoy ocupa un espacio como miembro de la familia y los requerimientos de convivencia se modificaron.
Es nuestra responsabilidad educar a nuestro perro en obediencia a partir de los 2 meses, ya que es la etapa en la que habría aprendido pautas educativas dentro de su jauría si nosotros no lo hubiésemos incorporado a nuestra familia humana.
Un perro educado está equilibrado y será feliz.
Laura Kuperman
Educadora Canina.
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