Desde la Universidad Nacional de Misiones declararon su preocupación por la grave situación de la ciencia y tecnología en el país debido al desfinanciamiento de los programas de incentivo a la formación en investigación. Desde el sector científico explicaron que la situación es lamentable, que al menos 50 proyectos no podrán seguir sin financiamiento y fueron menos de 10 becarios los acreditados en la provincia.
Entre los puntos más preocupantes, señalaron la eliminación de los recursos para Programa Estímulo a las Vocaciones Científicas para estudiantes de grado; la reducción de las becas doctorales del CONICET en casi un 50% y la incertidumbre de continuidad de las posdoctorales. Con todo en contra, por la falta de presupuesto nacional, temen que se genere una nueva ola de “fuga de cerebros” y el estancamiento del desarrollo científico nacional.
Vivir en la incertidumbre
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN el secretario general de Ciencia y Tecnología de la UNaM, Pedro Zapata, explicó que la Universidad “se maneja por un presupuesto que viene por ley, donde una parte de los gastos de funcionamiento un pequeño porcentaje está destinado a Ciencia”. Con un estimado en 20 millones de pesos de un presupuesto prorrogado del 2022, “pueden cubrirse algunas actividades, los proyectos más chicos, investigaciones que recién se inician y pocas cosas más, porque el funcionamiento mismo del área insume casi todo el presupuesto”.
A todo esto, existe otro presupuesto que venía desde el Ministerio de Educación, destinado al fortalecimiento científico: “Esos fondos desaparecieron de las universidades, que servían para becas, actividades, instalación de equipos, otras líneas de investigación”, relató. A su vez, mencionó que “una parte muy fuerte del presupuesto viene del financiamiento de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (I+D+I), que tiene varias ramas”. Una de ellas es el FONCyT que destina “presupuesto para financiar proyectos de investigación, con varios millones de pesos por proyecto y que está actualmente detenido”, agregó.
Por ello, los mayores proyectos de investigación de todo el país están estancados por falta de fondos. Asimismo, en cuanto al recurso humano, Zapata indicó que “tenemos a los docentes investigadores (que tienen un salario de la Universidad) y también los que ingresan a través del CONICET como becarios doctorales, posdoctorales y los ingresos a carrera, que pueden ser docentes o no, porque hay personal que se dedica exclusivamente a investigación”.
En materia de becas, resaltó que “se redujeron en un 50% las doctorales y las posdoctorales no tienen certezas si van a otorgarlas o no y los ingresos a carrera están frenados”. Para este año, recordó que “estaban previstas darse 1.300 becas y se dieron solamente 600 en toda la Argentina. En la UNaM, si entraron 5 becarios es mucho, cuando en años anteriores entraban varios más”.
Con este contexto, afirmó que “hay como 50 proyectos que contaban con financiamiento y no se pueden continuar”. A futuro, el panorama tampoco es alentador, “porque cada vez proponen más recortes”, añadió. Con esto, se vive un proceso de “desaliento de todos aquellos que estaban empezando y enamorándose de la investigación, que esperaban la beca y consolidarse”.
Por otra parte, el Gobierno nacional mantiene firme el argumento de que debe auditarse a las universidades y las investigaciones que se financian desde el Estado nacional. Sin embargo, desde la UNaM y también el resto de las universidades públicas del país, aseguran que este proceso ya se realiza constantemente. Al respecto, el secretario general de Ciencia y Tecnología manifestó que “cada proceso de compra requiere que se presente una factura; cada proyecto y cada gasto está auditado y no se desembolsa nada sin rendición previa”.