“En el corto plazo “va a circular mucha gripe y COVID“, advirtió el infectólogo Hugo Pizzi, quien este lunes dialogó con la FM 89.3 Santa María de las Misiones donde se refirió a la situación actual del coronavirus en el país, a los efectos adversos de la vacuna AstraZeneca y a las dramáticas cifras que dejó hasta ahora el dengue, aunque -alertó- “el año que viene va a ser peor”.
Respecto a este último, definió que “es realmente un aluvión, lo del dengue ha sido un espanto y lo sigue siendo todavía: 301 muertos y más de 435 mil casos. Es un brote histórico” y además “el año que viene va a ser más grande, porque la hembra el mosquito ahora está poniendo huevos contaminados y esos huevos contaminados, si hace frío, van a entrar en latencia y en agosto o en septiembre, ante el primer golpe de calor, van a eclosionar y van a salir volando mosquitos que tienen el virus”.
La situación en parte se debe al calentamiento global: “El país ya no es más de clima continental y marítimo ahora es tropical y subtropical”.
Respecto al COVID, el año pasado cerró con alrededor de 100.000 casos y 500 muertes de planilla, a lo que hay que sumar un subregistro que habitualmente oscila entre el 25% y el 30%. “El COVID nunca se fue, siempre circuló”, remarcó el especialista, por eso “nosotros aconsejamos actualizar la vacuna”.
“Ahora hay un gran momento para ponerse la antigripal y en el otro brazo ponerse la antiCOVID, en el mismo día a la misma hora y en el mismo lugar. Es fantástico porque voy a salir totalmente sólido y protegido contra las dos patologías”
Eso lleva a preguntarse qué efecto tuvo en el “clima social” la confirmación de algunos efectos adversos que presentaron pacientes que se inocularon la AstraZeneca.
“En primer lugar debo decirles a todos aquellos que tienen la AstraZeneca: quédense tranquilos, no tiene nada que ver, es una cuestión de cuando la vacuna fue puesta en determinadas personas a los pocos días (de aplicarse) y un fenómeno de autoinmunidad rarísimo de algunas personas horas después o días después de la inoculación, no tiene nada que ver con la persistencia de anticuerpos. Pero hay millones de personas en el mundo que tienen AstraZeneca, es una una vacuna que salvó a gran cantidad de gente y el costo-beneficio del bien que hizo es evidente”.
Independientemente de ese caso puntual de AstraZeneca, Pizzi lamentó que “la gente se sigue vacunando pero en un porcentaje disminuido: hay mucha indiferencia, mucha indolencia y los antivacunas, si bien es cierto que no son muchos, sí son ruidosos y constantemente están agrediendo. Lo que sí registramos es el hecho de que los que siempre han despotricado, cuando le pasa (la enfermedad a él o a alguien cercano), la persona que criticaba acude presuroso rogando asistencia médica. Yo creo que hemos aprendido mucho”.
Y hablando de vacunas, Pizzi abogó fervientemente por su aplicación contra el dengue, y de hecho remarcó que -pese a la recomendación nacional que no la incluyó en el calendario oficial- cada vez más provincias están haciendo campañas de inmunización entre sus poblaciones.
Es que “la vacuna antiCOVID da de 6 a 8 meses de protección; la antigripal es un año; con la antidengue tiene cinco años de tranquilidad. Entonces desde el punto de vista epidemiológico es una solución a largo plazo. En este momento Argentina debe haber superado ya las 600.000 personas que padecieron en alguna etapa el dengue y a ese grupo tenemos que cuidarlo, porque es el grupo más frágil porque si viene otro mosquito y le pone otro serotipo distinto al que le puso el primero, hacen una sinergia de potenciación y provoca dengue grave o dengue hemorrágico. Entonces, lo vacuno y y lo protejo”.