El Gobierno nacional va culminando la primera etapa de su gestión, acaso la más difícil… para los argentinos, claro.
Tras el fuerte shock devaluatorio, con sus consecuencias en el aumento de la pobreza; la estabilización del mercado cambiario, aunque más no sea pisando las variantes; el freno a la sangría de reservas del Banco Central, evitando que se extiendan en terreno negativo; y estableciendo un piso desde el cual comenzar a despegar, aunque se trate del mismo subsuelo, las condiciones para transitar la larga recuperación comienzan a quedar expuestas. La cuestión entonces es entender por dónde y cómo es.
Mientras el Gobierno intenta instalar la idea de una recuperación en “V”, el contexto altamente recesivo asevera que aún transitamos la parte baja de una “L”.
Y más allá de la construcción alfabética de una salida, sería más importante saber quién o quiénes encabezarán la lucha “hacia arriba”.
Días atrás, el propio presidente Javier Milei les advirtió a los empresarios del “círculo rojo” que debían ser ellos los que se encarguen de nivelar la economía real porque él (su gobierno) solo establecería las condiciones de la macroeconomía.
Es de esperar entonces que las exportaciones y las inversiones comiencen a dejarse ver desde este año y sean las que articulen la ansiada reactivación… porque de tanto ajuste contra trabajadores y jubilados, está más que claro que el consumo será el último rubro en contribuir a la recuperación.