La realidad siempre supera a la ficción. Ni en el mejor sueño, Gustavo Maciel (22) hubiese protagonizado la película en la que hoy se convirtió su vida. El apostoleño, que hasta los 16 años se dedicaba al fútbol en su localidad natal, se consagró el último sábado bicampeón de la Liga Argentina, la máxima categoría del vóleibol nacional.
Fue una nueva alegría después de la medalla de plata que consiguió el año pasado con la Selección Argentina en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile. De empezar con el vóleibol a lograr una medalla continental y ser campeón argentino, todo en apenas seis años. Una locura, un sueño, con pocos antecedentes.
“Realmente me cuesta creer que esté viviendo todo esto, es muy loco, siempre trato de dar lo mejor, pero nunca imaginé que todo iba a ser así tan rápido”, le dijo Gustavo desde Buenos Aires a EL DEPOR, minutos después de recibir otra buena noticia: fue citado ayer para la Selección Argentina y tiene chances de cara a los dos amistosos ante Cuba que se disputarán en Posadas y Montecarlo, el 17 y 18 de mayo, y para la primera fase de la Volleyball Nations League (VNL) en Río de Janeiro. Una locura.
Gustavo, ¿cuáles son las sensaciones después de este nuevo título con Ciudad?
La verdad es que todo es muy lindo, y más todavía porque si bien el año pasado ya fuimos campeones con Ciudad, aquella vez yo estaba en el banco. Y ahora pude jugar y sumar puntos, entonces esta como que fue mi primera final ganada jugando (N. de R: Maciel sumó ocho puntos en el último juego de la serie definitoria ante Mutual Policial de Formosa, en esa ciudad y ante estadio repleto).
¿Cómo es jugar una final ante tantos espectadores?
Es una sensación única, ver tanta gente en el estadio, jugar bajo ese marco… es muy lindo. Y lo viví con mucha felicidad porque pudieron estar en la cancha mi mamá, mis hermanos, mis tíos… Fue una felicidad enorme.
¿Qué estabas haciendo hace seis años?
(Se ríe). Estaba en la escuela, paveando, jugando al fútbol. Había arrancado como arquero, después fui defensor… Nunca me podía haber imaginado en ese entonces que en tan poco tiempo iba a poder vivir todo esto en un deporte que quizás no practicaba y que no es tan masivo. Es inimaginable. A veces me pongo a pensar y realmente me cuesta creer que esté viviendo todo esto, siempre trato de dar lo mejor, pero nunca imaginé que todo se iba a dar así tan rápido.
¿Fue uno de tus hermanos el que te metió en el vóleibol?
Así es, mi hermano Julián. Él jugó toda su vida al vóleibol en Apóstoles, incluso jugó los Evita y compartió equipo con Wilson Acosta (N. de R: otro de los misioneros que la rompe en Buenos Aires, actualmente en Defensores de Banfield) y siempre me insistía para que vaya a entrenar. Y un día me decidí y arranqué. El inicio fue en la escuela municipal, Apóstoles Voley. Después pasé a Mundo Voley. Y ahí estuve un tiempo hasta que Gustavo Pazzano, un entrenador misionero que vive desde hace tiempo en Buenos Aires, me vio y me llamó primero para una observación. Vine a Ciudad y ahí ya me dijeron que quedaba en la Sub-18. Y así empezó todo.
Y hoy sos bicampeón argentino, ya ganaste una medalla con la Selección y compartís equipo con referentes como Facundo Conte… ¿Cómo es el día a día con ellos?
Tengo una muy buena relación con todo el equipo. Y Conte es un referente para nosotros, los más chicos, que recién estamos arrancando nuestra carrera. También Nicolás Lazo o Gaspar Bitar, todos jugadores con mucha experiencia, son referentes y siempre nos aconsejan, así que tratamos de escuchar todo lo que nos dicen.
¿Cómo tomaste esta nueva citación a la Selección? ¿Soñas con jugar en Misiones?
Sí, sí, jugar ante mi gente sería algo único, un honor. Es algo que estoy buscando y ojalá se dé. No va a ser fácil porque somos 29 los citados y cerca de la mitad serán los que viajarán. Tengo una ansiedad terrible (se ríe), pero vamos tranqui, a disfrutar ahora todo esto y tratar de ganarme un lugar. Es un sueño que ojalá se me pueda hacer realidad.
Además de eso… ¿qué sueño tenés de acá a fin de año?
Y lo primero es mantenerme en la Selección… Creo que este va a ser un año de selección. Y lo principal es jugar los Juegos Olímpicos, algo que todo deportista quiere. Sueño con poder estar en París, sería muy loco a tan corta edad. Después, más adelante, uno también sueña con jugar en alguna liga extranjera para sumar experiencia.
Fueron seis años de película… Si te hubiesen dicho hace seis años que ibas a vivir todo esto… ¿Le ponías la firma?
(Se ríe). Pero sin ninguna duda, firmaba sin pensarlo. Y sé que todavía queda mucho por delante, así que ahora vamos por más. Siempre por más.