Con la recesión ya consolidada en la Argentina, la demanda laboral tiende a cero. La actividad económica lleva tres meses consecutivos de caída y el panorama no da garantías de una pronta recuperación.
Debido a esto, apenas dos de cada cien empresas están pensando en contratar nuevos trabajadores en los próximos meses.
El dato surge de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que elabora mensualmente la Secretaría de Trabajo.
El último informe presentado -correspondiente a febrero de este año- arrojó que el 95,2% de las empresas planea mantener su planta de personal, el 2,5% analiza despidos y apenas el 2,3% evalúa contratar nuevos trabajadores.
El estudio se centra solo sobre empresas con diez o más trabajadores, por lo que no están contempladas las microempresas ni las PyMEs más chicas.
Si se analizan los datos históricos, se encuentra que la proporción de empresas que están pensando en aumentar su dosis de personal es la más baja de la última década.
Tomando como referencia los meses de febrero, el año pasado, por ejemplo, la cantidad de empresas que planeaba sumar nueva mano de obra era prácticamente el doble (4,1%).
En años con otro escenario económico, como 2017 y 2018, el porcentaje de firmas con intenciones de contratar nuevo personal llegó a superar al 10%.
Qué empleados se buscan
La tasa de búsqueda ( 2,3%) se puede desglosar en cuatro partes, según el nivel de calificación que se requiere. Los que mejores oportunidades tienen en este momento son los trabajadores “no calificados”, que tienen una tasa de búsqueda del 3%; le siguen los técnicos (1,5%), los operativos (1,4%) y finalmente los profesionales, cuya tasa de búsqueda es de apenas 0,9%.
Además, del total de búsquedas, el 81,5% es para sexo indistinto, el 12,8% requiere sí o sí de mujeres y solo un 5,7% requiere de empleados del sexo masculino.
Otro dato que da cuenta de un escenario preocupante para el mercado laboral es la proporción de despidos sin causa.
Según la EIL, del total de personas que perdieron su trabajo en febrero, el 12,6% sufrió despidos sin justificación alguna.
Se trata del número más alto para esa época del año desde 2020 hasta hoy. Se supera por ejemplo el 10% de febrero del 2023 y el 5,2% de igual mes de 2022.
En tanto, la proporción de despidos con justa causa saltó de 2,7% en 2023 a 4,5% en 2024, mientras que las renuncias bajaron del 60,2% al 53,4%.
La Encuesta de Indicadores Laborales analiza también la evolución del mercado laboral en los últimos meses según rama de actividad.
En este caso, los últimos datos publicados muestran cierta tendencia de estancamiento en varios sectores y una fuerte caída en uno de ellos.
En detalle, creció 0,6% el empleo en la industria manufacturera (entre febrero de 2023 e igual mes de este año), mejoró 1% “servicios comunales, sociales y personales” y repuntó 1,7% el sector de “comercio, restaurantes y hoteles”. También mejoró la rama de “servicios financieros” (1,9%), mientras que “transporte, almacenamiento y comunicaciones” se mantuvo sin cambios (0% de variación).
Solo un sector, la construcción, perdió trabajadores en los últimos doce meses, pero se trató de una fuerte baja del 11,2%.
Si se analizan los resultados por tamaño de empresa, se encuentra que se redujo 0,5% la cantidad de empleados en empresas de entre 10 y 49 trabajadores, se mantuvo (0,1% de variación) en empresas de 50 a 199 personas y creció 0,7% en firmas de 200 o más empleados.
Situación crítica
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) realizó un informe donde analiza la situación del empleo registrado privado con datos de enero de 2024. En el relevamiento se analiza su evolución desde la irrupción de la pandemia, la recuperación posterior y la actual situación de retroceso.
En dicho proceso, se destaca el carácter heterogéneo a nivel sectorial y regional. Entre los principales puntos a subrayar se encuentran los siguientes: en enero de 2024 se computa una caída de 30.455 puestos de trabajo, 0,5% menos que diciembre 2023. La caída más significativa desde abril 2020 (primer mes completo de pandemia),
Durante la crisis del Gobierno de Cambiemos (abril 18/diciembre 19) se destruyeron 277 mil puestos de trabajo registrados privados. A esta caída se suman los puestos perdidos a causa de la crisis sanitaria por el COVID-19 (-200 mil) y unos 11 mil entre enero y febrero 2020.
Luego del piso de la pandemia (julio 2020), Argentina mostró un sendero de crecimiento sostenido durante 37 meses, alcanzando un máximo histórico de puestos de trabajo registrados en el sector privado en agosto de 2023.
Este crecimiento fue interrumpido en septiembre y, a partir de allí, la tendencia es descendente, en línea con el parate de la actividad económica. Hacia adelante, los indicadores tempranos de actividad de febrero y marzo, que muestran caídas de dos dígitos interanuales, permiten estimar que el empleo va a continuar esta trayectoria a la baja.
En este marco, los especialistas destacan que si bien la heterogeneidad sectorial exhibida durante la recuperación pospandemia venía deteniéndose, la caída en la actividad económica empieza a mostrar disparidad, con números alarmantes para la mayoría de los sectores.
La situación en la construcción
El secretario general de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), Gerardo Martínez, reveló que en el último mes el sector perdió 100 mil puestos de trabajo.
“Se paralizaron casi todas las obras públicas y son familias que no forman parte de ningún registro y que no figuran en Desarrollo Social”, afirmó.
Cuando el dirigente sindical fue consultado por la entrevistadora en relación a de qué viven esas familias, Martínez indicó que “por ahora deben estar sobreviviendo en las condiciones de lo que cobraron con el cese laboral”, que es un sistema que rige en la construcción.
Se trata de un fondo que se constituye con los propios ingresos de los trabajadores, que aportan una parte de su salario para el momento en que se queden sin empleo. “Significa que yo como trabajador lo que gano por quincena o por mes, el empresario tiene que aportar el 12% a una cuenta a su nombre”, precisó el dirigente sindical.
Es decir, luego de pasado el tiempo en el que presta servicio para una edificación y se terminó su requerimiento, sustenta su pasar hasta conseguir otra obra con ese dinero que él mismo aportó en actividad.