Ciudad de flores y cuna de jangadas, Montecarlo se transformó en una caja de resonancia de la música y letra de Ramón Ayala en la tarde del sábado. Un cúmulo de emociones, recuerdos y esperanzas quedarán a resguardo de dos lapachos que se implantaron sobre el lateral de la plaza que da a la calle Chacabuco.
En la plaza La Paloma, que contó la participación de una delegación de bailarines de Puerto Madryn, representantes de la Asociación de Músicos de Montecarlo, de la Sociedad de Canto de Montecarlo, la Escuela de Danzas Martín Miguel de Güemes y un gran marco de público. Allí, el intendente Julio César Barreto aseguró que estaban ante “un día histórico para la comunidad, y quedará la tarea de sostener la memoria de Ramón Ayala en nuestro pueblo y nuestra cultura”.
El secretario de Cultura, Joselo Schuap, agradeció a la compañera de vida de Ramón “por venir a Misiones a acompañarnos y a Naty por el profesionalismo en la defensa de la obra de Ramón, que también significa defender a Misiones”.
En un mensaje a las nuevas generaciones, el funcionario provincial expresó que cuando Ramón escribía las canciones empezaba en una hoja en blanco, para luego tomar valor con el tiempo. “Su tozudez lo llevó a siempre cantar sus propias canciones, y eso es un valor que las nuevas generaciones deben abordar y tomar para su propia vida”. Para finalizar, Schuap expresó que “en tiempos de vientos que nos arrecian necesitamos de Ramón Ayala. Cuando más fuerte esté nuestra raíz más va a aguantar nuestro árbol de la cultura”.
María Teresa, junto al secretario Schuap, el intendente y la secretaria de Cultura del municipio, descubrieron la placa conmemorativa en la plaza San Martín de la Capital Nacional de la Orquídea.
Entre los músicos que rindieron homenaje estuvo Ricardo “Nene” Mesa, que ejecutó A mí me llaman el Moncho, para cerrar, junto a Rula Marcial, compartieron una versión de Canto al Río Uruguay.