La industria yerbatera atraviesa uno de los momentos de mayor incertidumbre desde la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
Días atrás, uno de los directores por la producción, y presidente temporal del INYM, Jonas Petterson, anunció que no iban a fijar precios oficiales en la zafra, que va de abril a septiembre, debido a que la Industria y Corrientes no quisieron dar quorum para iniciar la sesión.
No obstante, otro de los representantes del sector primario, Marcelo Hacklander, reveló a FM 89.3 Santa María de las Misiones y Canal 9 Norte Misionero, que van a enviar la documentación para que la Nación establezca un valor, tal como ocurre cada vez que hay laudo.
Hacklander recordó la visita a la provincia del secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, Juan Pazo, quien reconoció la autoridad del actual directorio para administrar la entidad y que también se comprometió a tomar la decisión de fijar un precio, en caso de que no se logre un acuerdo dentro del instituto.
“Yo espero que, una vez que nosotros hagamos el envío de esa documentación que fuimos recabando y armando todo un expediente, justamente para enviar a la Secretaría (de Bioeconomía), ellos tomen esa decisión. Sería cumplir con su palabra y esperemos que sea así”, señaló Hacklander.
El envío del expediente a Buenos Aires se daría la semana que viene. No obstante, Hacklander ratificó que, en caso de que la Nación no tome postura, el INYM determinará valores de referencia mensuales que no serán obligatorios, tal como lo confirmó ayer Petterson.
Respecto a esto, advirtió que estos valores no tendrán el mismo peso que el precio que se fijaba desde el INYM o el laudo, ya que éste se establecía por ley.
“Como un piso, de ahí para arriba todo lo que sea y para abajo nada, absolutamente nada porque sino después se castiga con sanción”.
Si bien el entrevistado no quiso dar números oficiales, reconoció que la grilla de costos arroja hoy un precio cercano a los 500 pesos para el kilo de hoja verde.
“No queremos apurarnos tampoco en tirar un número sobre la mesa porque es complicado hablar de una cifra ahora por el hecho de que varían mucho los insumos”.
Entre esas variaciones mencionó la posible suba de combustible de los próximos días, la readecuación del valor de la mano de obra que tendrá un incremento cercano al 80%, como así también los costos de la corresponsabilidad gremial, que son los aportes y contribuciones patronales.
“También van a tener un aumento significativo, así que todo eso tenemos que tener contemplado para tener una grilla real sobre la mesa, porque si no el productor va a tener muchos inconvenientes y vamos a tener pérdidas muy dolorosas dentro del sector”, remarcó.
Venta actual
Mientras se define el futuro de las facultades del INYM (hasta su continuidad como instituto), yerbateros empezaron a vender sus producciones para afrontar gastos cotidianos de principio de año, como ser la escolaridad y prepararse para la cosecha gruesa.
Aunque la consigna que tienen es la de “no cosechar” para presionar a las industrias a que mejoren el precio, muchos ya acercan sus raídos a los secaderos.
“Está habiendo movimiento, se habla de alrededor de 370 pesos de pago de contado, que hoy realmente, si lo agarrás de contado no termina ni siquiera cubriendo los costos productivos”, señaló Hacklander.
Sin embargo, aclaró que, hasta el 31 de marzo, rige el último laudo dictado por la Nación, que es de 240 pesos. “Supera ese valor que es ley, así que debemos tratar de llegar a un nivel más alto donde se cubran realmente todos los costos”.
Contradicciones de la Industria
Hacklander no dejó pasar la oportunidad y evidenció las contradicciones que, según su mirada como productor, hay del lado de la Industria.
Entre ellas mencionó el hecho de que por un lado dicen que el DNU está vigente y por eso no se presentan a negociar precios. Pero por otro lado hay grandes operadores que, de acuerdo al director del INYM, iniciaron los trámites para solicitar autorización para plantar nuevas hectáreas tal como lo establece la resolución 170 del organismo y que había sido eliminada por el decreto.
Además, recordó que los propios directores de la Industria y Corrientes respaldaron a Petterson como presidente temporal con su voto, aunque ahora “lo desconocen”.
“Si firmaste una cosa con la mano y borrás con el codo después, no tiene sentido”
Nuevo presidente
Desde el INYM preocupa la falta de interés del Gobierno nacional respecto al futuro del instituto, empezando por la designación de un nuevo titular para la entidad.
“Supuestamente designaron a una persona, vino a querer ocupar el sillón y cuando nosotros pedimos la documentación firmada y avalada por la Nación, no existía tal documentación, entonces, por motus propio se retiró y no volvió a hacerse presente”, señaló.
Hacklander indicó que, en una charla que tuvieron con representantes de la Nación, en el marco de la Expo Agro, les garantizaron que la designación del nuevo presidente del INYM saldría pronto.
“¿Quién será? La verdad es que no tenemos idea, ojalá lo designen prontamente y que venga un presidente designado y no como por ahí, hasta como llegamos a escuchar, de un interventor, porque eso sería catastrófico para toda la cadena yerbatera realmente”, concluyó el director.
Tratamiento productivo
Hacklander destacó la reunión que mantuvieron desde el INYM con representantes de Brasil y Paraguay y especificó que “charlando, uno entiende mejor las situaciones que se van dando” y diferenció el tratamiento y la elaboración que tiene cada país con el mismo producto, en este caso, la yerba mate.
“Nosotros, por ejemplo, tenemos una yerba que se trabaja estacionada hasta un año, un año y medio y por ahí algunos operadores que trabajan con la yerba camareada. Los paraguayos tienen un estacionamiento de dos años o más; Brasil trabaja con una yerba verde, o sea, se cosecha, se muele y se envasa automáticamente”, especificó.
En esa línea, explicó como Brasil destina su producto, mayoritariamente, a los consumidores del cimarrón, mientras que en Paraguay sucede lo mismo con el tereré y en Argentina con el mate.
“Tenemos productos para salir al mundo, donde realmente podemos trabajar en conjunto y no preocuparnos por el espacio que gane uno como mercado o que gane el otro”.
Por último, habló de la posibilidad de trabajar en una estandarización productiva de manera conjunta para mejorar en algunos parámetros determinados y problemas que se tienen regularmente, contaminantes y demás que afectan a la calidad del producto y así, poder imponerlo a nivel mundial.