Los dos detenidos por el crimen de Hugo Goncalves (25) y las graves lesiones que sufrió su padre (49) en una chacra de Comandante Andresito el pasado domingo, negaron las imputaciones y se dijeron inocentes ante el juez de Instrucción de Puerto Iguazú, Martín Brites.
Las indagatorias se realizaron ayer y el magistrado mencionado decidió que los sospechosos continúen detenidos por los siguientes hechos: “homicidio simple y homicidio en grado de tentativa, ambos calificados por el uso de armas de fuego, todo en concurso real con tenencia ilegal de armas de fuego”.
Los aprehendidos el martes por la Dirección Homicidios e investigadores de la Unidad Regional V de Puerto Iguazú, tienen 74 y 39 años, el de mayor edad es el propietario de la chacra donde fue ultimado Hugo Sebastián Goncalves y su padre herido de gravedad.
El procedimiento de detención se desplegó en una vivienda de la avenida Primero de Mayo, entre las calles Lapacho y Paraje los Pinos, en Andresito. Se secuestró un rifle con mira calibre 6.35, otro 22, un revólver calibre 22 largo con 10 proyectiles, una escopeta calibre 12 con cartucho en la recámara, un revólver calibre 22 largo con 9 balas, una escopeta de fabricación artesanal, disco de grabación DVR de cámara de seguridad y dos celulares.
De acuerdo a los adelantos del Cuerpo Médico Forense del Superior Tribunal de Justicia al Juzgado de Instrucción de Puerto Iguazú, la autopsia indicó que Hugo Goncalvez sufrió lesiones por perdigones en casi toda la espalda que le perforaron los pulmones y derivaron en el shock hipovolémico determinante del fallecimiento.
De acuerdo a fuentes consultadas por este Diario, a la víctima le extrajeron al menos seis municiones de plomo.
Vale recordar que, el propietario de la chacra ubicada en Paraje Cabure-í, de 74 años y el capataz de 31, fueron detenidos el martes por la mañana en un domicilio de avenida Primero de Mayo de Comandante Andresito. Allí secuestraron escopetas, rifles y un revólver, además de los teléfonos celulares y el disco de registro de cámara de seguridad con los movimientos ocurridos en la vivienda.
La labor de los investigadores y peritos de la policía no se circunscribió al allanamiento y la detención de los sospechosos ordenada por el juez Martín Brites, sino que continuó en el lugar donde hallaron a las víctimas.
Se recogieron perdigones incrustados en un árbol de eucalipto cuyo tamaño coincide en tamaño con los extraídos del cuerpo de Goncalves. Hasta el momento, se presume que ambas víctimas fueron emboscadas en ese sitio cuando regresaban a la vivienda de Hugo Goncalves.
Una pericia clave será la que realice la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) del STJ, para analizar conversaciones que mantuvieron los detenidos antes y después de la tarde del pasado domingo. De ellas surgirían pistas que confirmen o descarten los roles en el hecho.
El hecho
Hasta el momento, se sabe que el domingo pasado ambos se encontraban trabajando en la chacra y una joven de 21 años (pareja de Hugo) oyó un disparo pero no le dio importancia porque en la zona los vecinos usan armas habitualmente. Llegó la noche y como no regresaban se comunicó con el encargado para preguntarle si sabía algo.
Minutos después el hombre le avisó que el patrón había encontrado dos cuerpos. Observó pasar hacia el fondo de la chacra la camioneta del propietario y cuando éste regresó se detuvo junto a ella y le dijo que había dos personas sin vida junto al camino.
En ese momento llegó el encargado con otra camioneta y el patrón le dijo que llevara a la joven a ver los cuerpos.
Apenas llegaron el hombre le dijo que no se bajara, que iban a ir mejor directamente a avisar a la comisaría. Cuando llegaron, se bajó solamente ella a radicar la denuncia. Sospechosamente el hombre no quiso bajarse.
Encontraron a Hugo Goncalves muerto de un disparo y a su padre aún con vida con una lesión por arma de fuego en el ojo izquierdo y perdigonadas en la espalda.
El ataque a los Goncalves tiene como antecedente un incidente de septiembre de 2020, en una chacra del ahora detenido y a quien un hijo denunció por amenazas de muerte. La víctima, en este caso, tenía 34 años entonces y plantaciones en la propiedad de su padre, además de un aserradero en el predio de su hermana.
En su presentación el hombre señaló que había sido golpeado por su padre y en una oportunidad cuando fue a visitar a su madre, su progenitor le prohibió que regresara a la casa o fuera a la chacra de su hermana, amenazándolo con matarlo y hacerlo desaparecer.
La instrucción de la causa llegó hasta las pericias psicológicas ordenadas al denunciado y que destacaron índices de impulsividad, déficit en el control de emociones y necesidad de descarga directa de las mismas. Pero el expediente no avanzó y, según las mismas fuentes, quedó estancado por la acefalía desde el año pasado en la Fiscalía de Instrucción de Puerto Iguazú.