El emprendedurismo abunda en la provincia de Misiones y sobre todo en épocas de crisis. En Posadas, Mario Duarte junto a su amigo “Beto” fundaron post pandemia un puesto de venta de empanadas denominado “Los Sobrinos”, sobre la avenida Aguado y calle Acevedo en la chacra 106.
Ambos se volvieron virales semanas atrás cuando un “influencer” local (Críticos Posadas) compartió su trabajo en las redes y su clientela aumentó. Hoy venden un promedio de 40 docenas por día.
PRIMERA EDICIÓN se acercó para charlar con ellos y contar su historia de superación. Mario tiene 57 años y es un comerciante de toda la vida, ya que en la década del 90 llegó a tener su propio minimercado denominado “Los Sobrinos”. Sin embargo, la crisis del 2001 lo llevó a la bancarrota y no pudo continuar. Se reconvirtió y avanzó con otros emprendimientos que posteriormente tampoco pudo mantener.
Como buen laburante, se reinventó y años después comenzó a trabajar en la fábrica gaseosas “Tupy”. Luego del cierre de dicha empresa, nuevamente tuvo que hacer frente a la necesidad y comenzó con este puesto de venta de empanadas que poco a poco fue ganando adeptos.
“Esto es un emprendimiento familiar que empezó hace más o menos cinco años y estoy con necesidades, con la responsabilidad familiar y una hija que estudia medicina”. La hija de Mario estudia el 4º año de la carrera en la localidad correntina de Santo Tomé.
Sobre la elaboración agregó: “Somos tres, un equipo tenemos, yo soy el que hace las compras preparado la picada de la noche y está Beto se encarga de las compras menores, y de la atención al público. Mi señora está adentro hace el repulgue y la verdad que no esperaba tanto éxito, pero se ve que el esfuerzo dio resultado. Estamos vendiendo como siempre, empezamos por 5/ 10 docenas. Hoy vendemos los fines de semana hasta 60 docenas”.
Su cocina a leña, el disco y la grasa con la que frita las empanadas es su mayor secreto. “La grasa le da el toque, regional, autóctono”, dijo. La docena cuesta 3.500 pesos, algo particular ya que en otro local no se consigue a menos de 5 mil pesos. “Es muy económico para la gente ya que justamente estamos en una situación muy difícil. Tratamos de colaborar también con el bolsillo de la gente“.
Por último, señaló que la gente lo quiere mucho “gracias a dios” y que si bien la necesidad lo llevó a esto “fue todo algo inesperado, en realidad era para zafar y me quedé con el negocio“, cerró Mario.