Con tres décadas de atención en rehabilitación de adicciones, desde la Fundación Reto a la Vida compartieron que se incrementaron las consultas para ingresar a internación y existe una lista de espera que tarda más de un mes.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN el presidente de la Fundación Reto a la Vida en Misiones, Miguel Ángel Benítez, contó que la demanda para ingresar al tratamiento es alta y “se incrementó de manera terrible en este tiempo”.
Sobre las consultas, señaló que “después de la pandemia hubo un aumento importante e incluso vemos cosas que antes no veíamos”. Para el ingreso, precisó que “el miércoles antepasado tuvimos casi 30 entrevistas, lo cual años atrás no pasaba”.
El sistema de entrevistas es el momento en el que se inicia el proceso de internación: “Estamos haciendo un promedio de tres o cuatro entrevistas previas y te lleva, más o menos, un mes llegar a internarse”. En ello, contó que “tenemos una lista de espera, que debemos respetar”.
Aclaró que esto se debe “a la alta demanda que hay” y ahora incluso llegan hasta seis entrevistas para conseguir el ingreso. De esta forma, se incrementó también el tiempo de espera para acceder a un lugar en el programa de rehabilitación.
Además señaló que las entrevistas comienzan cada miércoles a las 15 horas y ayer “eran las 13 y había gente afuera, con el pasillo lleno de personas esperando, porque se atiende por orden de llegada”.
En estas primeras consultas, remarcó que cada vez más gente busca ayuda y “hay mucha desesperación y se están viviendo cosas realmente fuertes”. De ahora en más, también “estamos viendo si se puede abrir alguna otra casa”.
Benítez precisó que actualmente en la provincia “son unas 230 las personas, entre la casa de mujeres de Posadas (donde son 40), después en la casa de hombres hay 80 y en Eldorado son unos 45 hombres más. En Aristóbulo también hay otra casa de hombres con 40 personas más”. Sumado a esto, mencionó que hay un hogar de niñas, donde actualmente hay 15 casos judicializados donde “se trabaja a través de un juzgado”.
En materia del tiempo de estadía, a pesar de que depende de cada persona, “como norma tenemos entre un año a dos una vez ingresado como tiempo para permanecer con nosotros. Trabajamos por etapas, una es la desintoxicación, la rehabilitación y la última es la reinserción cuando la persona está afuera”.
Al salir de esta internación, remarcó la importancia de contar con un acompañamiento de sus pares y de una comunidad espiritual cristiana muy fuerte.
Asimismo, aunque está la posibilidad de recaer y “muchos la hacen”, Miguel Ángel Benítez destacó que con la cantidad de personas que acuden a buscar ayuda cada año el promedio de rehabilitados es mayor: “La idea es que la persona puede dejar el consumo total, tampoco se permite fumar ni salir solos”, añadió.
En la población actual, compartió que “el 80% son de Misiones, cosa que años atrás no pasaba. Antes nos llegaban personas de Tucumán, Buenos Aires y el resto de las provincias”. En este sentido, remarcó que cada vez más misioneros buscan ayuda para dejar el consumo, “lo cual es bueno”. A su vez, tienen algunos que llegan desde Paraguay y Brasil.
Por otra parte, las edades varían y muchos son jóvenes. Al respecto, el presidente de la Fundación contó que “antes no aceptábamos menores de 16 años, porque implica toda una responsabilidad”. Sin embargo, “hoy ya se están drogando con 8 o 9 años, si no se ayuda a los 16, para los 20 años esos chicos terminan muertos, porque si no mueren por la droga los mata alguna de sus consecuencias, como la delincuencia”. Por tal motivo, intervienen en estos casos, con el acompañamiento de sus familiares.
En cuanto al consumo, afirmó que “la pedra es la droga que más se está usando, también mucho paco, alcohol y marihuana”.
Cabe mencionar que la rehabilitación de adicciones y consumos problemáticos se trata de “un programa a puertas abiertas, eso significa un ingreso voluntario, porque de nada sirve que te obliguen y vengan por medio de juzgados. Creo que en primer lugar se necesita voluntad para poder salir de esta situación”.
En los diferentes centros, detalló que “contamos con talleres ocupacionales” y destacó la necesidad de brindar un oficio ya que “muchas de las personas que tenemos tuvieron una vida delictiva y con esto se les enseña a trabajar, a ser responsable, que cuenten con una protección al salir”.