En el día a día nos enfrentamos a situaciones que son urgentes o importantes, a veces ambas. Pero nunca (o casi nunca) son de vida o muerte, como las tratamos diariamente en este siglo.
Con esto, lo único que sucede es que se activan los mecanismos de estrés, de ansiedad y otros estados que solamente perjudican nuestra salud mental y física, deteriorándonos de a poco.
En las personas con alguna enfermedad oncológica, el escenario es muchísimo peor, porque además de enfrentar un duro padecimiento, que las cambia a ellas y a su entorno, deben luchar contra el cerebro que las lleva a estados de ánimos difíciles de revertir, si no se pelea en el día a día.
“El estado de ánimo, no es lo mismo que la autoestima”, diferencia la psicóloga Andrea Del Valle, destacando que “es tan importante tenerlo siempre arriba, pero no es sencillo”.
Del Valle tomó algo muy interesante que planteaba el doctor Alejandro Nieponice, experto en cirugía de estómago y esófago, y reconocido como uno de los mejores especialistas en Cirugía General en el país, y lo trajo a la mesa de la FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN.
Este doctor decía que es tan importante mantener la charla con el paciente, explicarle la situación, como la quimioterapia o la radioterapia. “Él ponía el acento en esto de que el paciente esté bien, en el acompañamiento, tratar de estar bien en el proceso de la enfermedad”, recordó.
Entorno solidario
Una enfermedad oncológica no siempre, pero la mayoría de las veces, “esta disparada por cuestiones emocionales”, o sea, que el estado de ánimo va a repercutir en el cuerpo. Por ende, el acompañamiento del entorno (médico, psicológico y familiar) es esencial para que el paciente oncológico la pase un poquito mejor en su difícil situación diaria.
“Se trata de, así como el paciente detecta que le sucede y ve algún tipo de diagnóstico, sea por cuestiones que atravesó en la vida o le detectaron, temprano o tarde, darle la fortaleza necesaria desde varios ángulos: tanto del aspecto médico, aquel que lo atiende, del acompañamiento, como también de la parte familiar, de los vínculos”, expresó Del Valle.
“En esta cuestión de la enfermedad -al menos en el caso del cáncer frente al tumor- el que corre la carrera es el sistema inmunológico y para que el sistema inmunológico esté bien alto, basta a veces con estar bien en el día a día”, resaltó.
Al respecto, la psicóloga contó que el trajín diario de: estrés, tristeza, nervios, enojo, ansiedad, “va corroyendo e irritando a nuestro sistema inmunológico”. Es decir, “que tengamos siempre esas preocupaciones del día a día, luego nos llevan a cuestiones más en el orden de lo físico”, dijo.
Tener pequeños espacios de felicidad
El “estar bien” está empíricamente relacionado con el acompañamiento familiar, de los vínculos, además de lo terapéutico y lo médico. “Las enfermedades oncológicas no son fáciles, son difíciles de atravesar, dolorosas, transforman al cuerpo, por lo cual, también transforman al entorno que tiene que acompañar y que también lleva un cansancio. Entonces, no solamente tiene que estar preparado aquel que lo padece sino que también la familia debe tener un soporte para poder mantener el ritmo de lo que demanda tal vez este tipo de enfermedades”, explicó la columnista de la FM de las Misiones.
Subir el estado de ánimo tiene mucho que ver con lo externo, a veces, dijo. Por lo tanto, es necesario “juntarnos con los demás a charlar, hablar, salir a distendernos un rato, cosas que tiene que ver con buscar estos pequeños espacios de felicidad, aunque suene sencillo de decirlo y difícil llevarlo a la práctica. Es sumamente importante para que uno se olvide un rato de la enfermedad, charlar con el otro, reírse con el otro. Eso logra efectos muy positivos a nivel ánimos y a nivel cuerpos”, destacó.