Durante el fin de semana, una madre compartió la historia del mal momento vivió tras necesitar con urgencia contención en salud mental para su hija, quien vivió dos intentos de suicidio en menos de una semana.
La mujer denunció públicamente que no consiguió una internación en centros de salud, ni en la Salud Pública, ni tampoco en sanatorios, a pesar de que la joven posadeña estaba con riesgo de vida por el desequilibrio que atravesó.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Marta rememoró cómo enfrentó el intento de suicidio de su hija: “Primero, la llevo a un sanatorio, no la quieren recibir, que tenía que llevarla al hospital (Madariaga). Al llegar con ella inconsciente, la reciben en la guardia de emergencia donde me dicen que no pueden lavarle el estómago porque al ser mayor de edad y no dejarse, ellos no pueden intervenir”, relató.
Resulta que, producto de la ingesta de psicofármacos, “estaba en un estado de agresividad, no quería que la toquen, sólo quería morir“, agregó. Tras ponerle una vía y dejarla en observación, finalmente se tranquilizó, así “me la entregan para que la lleve a mi casa”.
Con un estado de vulnerabilidad y riesgo, decidió acudir a sanatorios privados, pero “ninguno me quiso recibir”. Incluso, en un centro de internación, “me dijeron que para internar tenía que pedir una orden judicial para hacerla ingresar (a su hija) por ser mayor de edad y no la podían recibir en esas condiciones”, remarcó.
Al no saber más dónde acudir, contó que “me reciben en la guardia del Hospital Carrillo. Ahí evalúan dos médicos, me dicen que la lleve a mi casa y le dan turno para dentro de dos días“. En este centro de Salud Pública, detalló que “la psiquiatra de guardia me explica que en este lugar no hay camas, hay dos internos por cama, no tenemos tensiómetro, medicación ni nada con que ayudarla. Si la dejás acá, es dejarla morir”. Por tanto, lo único que le ofrecieron fue medicación para superar el fin de semana y un chaleco.
Lamentablemente, ocurrió un segundo episodio de intento de suicidio, el cual precisó que fue “con una medicación más fuerte y ahí es donde ella ingresa en paro el viernes al hospital Madariaga”. En esta situación, indicó que “tuvimos que pelear porque volvimos a vivir la misma odisea, ya que ningún sanatorio nos quiso recibir ni tampoco un centro de salud mental”.
Tanto en la parte pública como en la privada, coincidió en que no consiguió atención inmediata para una persona con riesgo de suicidio: “Tiene que ser con una orden, que vuelva el lunes”, recordó Marta y añadió que “era un sábado y si yo espero a un lunes mi hija se muere, porque necesita un profesional que la asista”.
En su desesperación, comenzó a contactar funcionarios para conseguir atención para su hija, quien atravesó esta emergencia en salud mental durante un fin de semana. Al respecto, Marta remarcó que “hoy mi hija está siendo contenida y asistida gracias a Manantial, por el señor Roberto Padilla, y con el Hogar de Día, donde la están asistiendo”.
Asimismo, destacó que están abordando este problema “con toda la familia, para ayudar a superar el calvario y la odisea que vivimos durante la semana pasada y el fin de semana”.
Luego de transitar este problema con su hija, reflexionó que en la provincia “hablan de campañas contra el suicidio, resguardar adolescentes, porque tenemos una tasa alta de suicidios y de que tenemos un centro de salud mental”. Sin embargo, resaltó que “a la hora de la realidad parece una pantomima, porque yo lo viví como mamá”.
Con tantas emociones vividas en pocos días, compartió que ahora “recién vamos a empezar con este proceso de recuperarla”. Marta se animó a contar lo que vivieron “para que ninguna otra mamá pase lo que yo pasé, porque son horas desesperantes con la vida de un hijo”.
Enfatizó que “ante una situación como esta, lo que esperamos es que el Estado, que se jacta de ser uno de los mejores en asistencia de salud y vende algo que no existe, realmente esté”.
Marta comentó que por ahora se concentrará “exclusivamente en ella y después veré la forma de accionar contra quienes correspondan, para que nadie vuelva a pasar por esta situación”. En este sentido, expresó que en un intento de suicidio de un hijo “ningún papá se merece el no contar con el apoyo necesario de los profesionales médicos o del Gobierno”.