Tal como anticiparon los especialistas, se comenzó a transitar el fenómeno climático El Niño y un claro ejemplo de ello son las recientes precipitaciones registradas en diversas regiones del país con acumulados, en promedio, superiores a los 30 y 40 milímetros (mm) en amplias zonas de la región agrícola central.
Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA, indicó: “Las lluvias ocurridas los últimos días y las que se esperan para las próximas semanas son una señal de cambio de la situación de escasez hídrica con la que convivió el sector las últimas casi 4 campañas agrícolas”.
Por su parte, Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua del INTA, afirmó: “Este aporte impacta en las condiciones hídricas y es muy esperado por los productores”.
La investigadora se mostró muy optimista al anticipar que “para el NEA y el centro, norte y este de la región Pampeana se espera una mayor probabilidad de transitar un trimestre con lluvias entre normales a superiores a las normales acompañadas de temperaturas medias más cálidas”.
De acuerdo con Mercuri, “la ocurrencia de eventos con más frecuencia y la cobertura regional de las mismas durante la primavera son el inicio de una trayectoria más optimista en el comportamiento de las lluvias”.
“Noviembre y diciembre podrían ser meses clave para la ocurrencia de precipitaciones, si bien para algunas decisiones agrícolas ya estarían demoradas, puede ser un aporte para otras”, aseguró Gattinoni.
En esa línea, agregó: “En territorios del noreste del país se recomienda especial atención a los pronósticos y alertas de corto plazo dada la posibilidad de tormentas intensas en esa zona durante los años El Niño”.
En cuanto al panorama térmico, Gattinoni subrayó que “hay coincidencia de que el trimestre se presente con condiciones medias más cálidas, en particular sobre el norte argentino”. El pronóstico estima, para la mayor parte del centro y norte del territorio, un trimestre más cálido con probabilidades mayores al 50 % en el norte del país.
En este sentido, la especialista recordó que se transita el fenómeno climático el Niño y, de acuerdo a los modelos de los centros internacionales, persistiría hasta el otoño 2024. En ese punto destacó que “en la atmósfera están presentes otros fenómenos que interactúan con El Niño pudiendo acentuar o no el impacto o señal que tenga este fenómeno sobre el clima de nuestro país”.
Y agregó que, este Niño se desarrolla en un entorno oceánico diferente y que, está combinado con el Dipolo del Océano Índico, un fenómeno de similares características de El Niño. “Siempre estamos en un contexto climático en el que coexisten fenómenos que pueden favorecer la ocurrencia de precipitaciones sobre la región este del país”, aseguró la especialista.
Y en particular, durante los próximos días se actualizará también el pronóstico climático trimestral del SMN.
Efectos en la horticultura
Las lluvias intensas y consecutivas como vienen ocurriendo en la provincia traen dificultades en la producción hortícola, es un desafío técnico- productivo poder encontrar alternativas e innovaciones que nos permitan poder producir hortalizas de calidad en estas condiciones. La utilización de invernaderos nos permite poder producir bajo condiciones adversas, ajustando el manejo de las condiciones ambientales dentro de los invernáculos. El monitoreo y detección dé enfermedades en los primeros estadios es clave para controlar los patógenos y poder lograr el éxito de los cultivos.
En nuestra provincia los cultivos más importantes que se realizan a campo en la época de primavera-verano son: zapallo tetsukabuto (cascara de hierro), sandía, pepino, zapallito de tronco, melón, maíz para choclo, mandioca para consumo fresco.
Las tormentas, que pueden incluir fuertes vientos, granizo y lluvias intensas, pueden causar daños significativos a los invernaderos utilizados en la horticultura. Los daños pueden variar en función de la intensidad de la tormenta y la resistencia del invernadero, los vientos fuertes pueden dañar la estructura del invernadero. En casos extremos, pueden derribar completamente el invernadero. Esto no solo supone un costo económico para reparar o reemplazar la estructura, sino que también puede resultar en la pérdida de cultivos y la interrupción de la producción.
La alta humedad provocada por las lluvias puede ser el factor ambiental más difícil de controlar en invernaderos. El aire húmedo contribuye directamente a crear condiciones favorables para el desarrollo de enfermedades de las raíces, las hojas, los frutos, así también como puede generar estrés de las plantas y pérdida de calidad. También las precipitaciones tienen un efecto en la cantidad de horas sol para los cultivos (pocas horas de sol en los días nublados).
El exceso de lluvias en la producción hortícola puede tener varios efectos sobre los cultivos y en la producción agrícola en general.