La primera semana tras las elecciones Primarias dejó, en lo político, ganadores concretos y perdedores difusos. En la práctica, en cambio, fue muy claro el resultado para la mayoría de los argentinos que, a partir de ahora, deberán enfrentar una nueva etapa de la crisis que suma una fuerte devaluación con alta inflación y progresiva pérdida del poder adquisitivo.
No está claro el objetivo de Economía, cuyo titular y aspirante a la presidencia vuelve a poner en juego el programa Precios Justos como principal medida para frenar la inercia inflacionaria. Nunca funcionó en las etapas previas y mucho menos funcionará ahora que todos buscan cubrirse de las pérdidas económicas que deja la acumulación de pésimas decisiones dirigenciales.
Hacia adelante y de acuerdo a la progresión de precios antes y después de las PASO, se anticipa que la inflación acumularía 24% en el bimestre agosto-septiembre y que la suba de costos en el rubro de los alimentos sería incluso superior.
Ese solo dato describe el escenario para los sectores más humildes que dedican más de un tercio de sus ingresos a la alimentación.