En medio del desabastecimiento de insumos y la imposibilidad de conseguir elementos básicos -como las prótesis- por las restricciones a las importaciones y el precio del dólar, los sanatorios y clínicas del país tratan de mantenerse en pie ante la abrupta devaluación de esta semana. Es que, a diferencia de otros prestadores de bienes y servicios, en este sector no disponen de la “maquinita” para actualizar los valores de sus prestaciones.
“Los valores de la medicina privada en Argentina son muy bajos, por eso cada vez son más los sanatorios y clínicas de Buenos Aires que dejan de atender obras sociales y prepagas. Si antes de esta devaluación ya teníamos un valor muy bajo, esta devaluación hizo mucho más complejo poder dar prestaciones de la misma calidad”, admitió en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el referente médico del Sanatorio IOT, Guillermo Vymazal.
No obstante, Vymazal aseguró que “para nosotros todavía no llegó el momento de analizar la posibilidad de dejar de atender obras sociales y prepagas”. Pero señaló que “si no llegamos a un acuerdo con valores que por lo menos alcancen a ofrecer prácticas de calidad con cada obra social, lamentablemente no podremos seguir trabajando o se cobrará una diferencia al paciente. Muchas veces las obras sociales acuerdan un cierto valor y el resto queda para ser cobrado al paciente en el consultorio o cuando está por internarse, dependiendo de las negociaciones”.
Tampoco descartó de sortear la actual crisis de desabastecimiento y de precios muy por encima de los ingresos sanatoriales en una reducción de las prestaciones no urgentes. “Algunas obras sociales como la del IPS, que tiene un presupuesto determinado y el prestador tiene un determinado monto de dinero para hacer prestaciones, se pueden postergar las prestaciones que no sean de urgencia y lo otro se va reprogramando”, analizó.
Pero Vymazal aseguró que estas no son decisiones sino posibilidades. “Como no somos formadores de precios, tenemos que negociar ahora con las obras sociales un aumento viable… arrancando de los actuales valores que son muy bajos. La situación es compleja con el actual ritmo inflacionario, porque cuando finalmente nos den el okey, las prestaciones nos pagarán en 60 a 90 días y ya la plata otra vez se devalúa y eso complica todo el movimiento para las cirugías, pagar sueldos, aguinaldo, etc”.
Por eso, el profesional expresó su deseo de que “en los próximos días los mercados se tranquilicen, que el valor del dólar se estanque y las empresas formadoras de precios estén a la altura de las circunstancias”.
“Necesitamos nuevos acuerdos”
El director del Sanatorio Boratti, Roberto Boratti, también describió un panorama preocupante. En diálogo con Radio República, señaló que “las negociaciones con los financiadores se cobran entre los 60 a 90 días y eso hace que la inflación sea un elemento muy negativo para el sector porque siempre estamos cobrando los valores desactualizados. El valor que se acuerda el primero de julio se cobra a fines de agosto, con una pérdida de entre 10, 14% o dependiendo de la inflación. Con esta devaluación del 25%, se profundizó esta dificultad. No son solo los elementos importados sino que también aumenta todo lo que necesita para dar una prestación de lo que es la pensión del sanatorio: limpieza, comida, ropa de cama, etc”.
A su entender, esta situación exige replantear la financiación del sistema, “necesitamos lograr nuevos acuerdos con los financiadores y ver qué medidas se pueden tomar desde el Gobierno. En el caso del IPS, que es la más importante de la provincia, aumentó el 18,5% la asignación presupuestaria en julio y ahora, con esta devaluación, se licuó ese aumento. Es una situación difícil que obliga a ver un nuevo aumento para que las prestaciones puedan seguir prestándose. Y la provincia tiene una situación especial porque si bien tenemos el Hospital Escuela, el gasto igual lo hace la provincia porque la prestación en el hospital también tiene un costo importante porque tienen que usar los mismos insumos, medicamentos y descartables… por lo que la Provincia se verá obligada a destinar mayores recursos para dar los mismos servicios”, indicó.
Para Boratti, los sanatorios podrían verse obligados a reprogramar algunas prestaciones, “no creo que sea algo definitivo porque esto ya lo vivimos en nuestro país y siempre tuvimos capacidad de adaptación”.
En este escenario, “las urgencias y los servicios inmediatos no van a sufrir retrasos, nos esforzaremos para que eso no ocurra, vamos a mantener servicios de guardia e internaciones de urgencias. Tal vez pospondremos las que se puedan posponer como cirugías planificadas que no comprometen la vida ni la calidad de vida de los pacientes en forma inmediata, creo que hay un porcentaje muy grande de gente que puede posponer los estudios y las cirugías”.
No obstante, Boratti remarcó que esto “no se planteó orgánicamente todavía, ni participé en una reunión donde se haya planteado esto. Creo que habrá que dejar pasar unos días para reunirse y ver qué hacer”.
Hilos de sutura, prótesis y otros faltantes en el sector de la salud
El referente del IOT, Guillermo Vymazal, confirmó a PRIMERA EDICIÓN que “ya no hay insumos de salud importados en existencia y los que hay, se debe mandar un remito sin valor y después te pueden cobrar cualquier cosa. A nosotros que estamos contando la plata para que alcance, este tipo de cosas nos perjudican”.
Contó, por ejemplo, que no pueden conseguir repuestos para el intensificador de imagen de quirófano que se utiliza para las cirugías traumatológicas, “pedimos al ingeniero de Philips que viniera y trajera repuestos y nos dijo que no tenía los repuestos porque no hay importación. Incluso en algunos casos lo tienen en stock, pero no quieren vender porque no tienen un precio específico”.
Vymazal confirmó que tampoco se consiguen prótesis importadas, “hay grandes diferencias entre las prótesis nacionales o importadas en la durabilidad de las mismas, por lo que si un paciente necesita operarse de una prótesis de cadera o rodilla, y es una urgencia porque está muy dolorido, se le explica qué es lo que hay en existencia”.
Cirugías suspendidas
El profesional confirmó que en este momento “no conseguimos los hilos de sutura para hacer cirugías de alta complejidad que, en su mayoría, son de EEUU. Tampoco encontramos oxigenadores (máquinas para hacer la circulación extracorpórea) para hacer cardiocirugías o nos quieren vender sin precio. Algunos medicamentos te piden en las droguerías que hagas el depósito al momento de pedir el producto, cuando nosotros cobramos a 60 ó 90 días”.
Vymazal admitió que, al no tener estos hilos de sutura de alta calidad, deben posponer las cardiocirugías o trasplantes renales.
“Estos hilos son irremplazables por la calidad, por supuesto que se pueden hacer otras cirugías de baja o mediana complejidad donde se pueden reemplazar estos productos con nacionales”, señaló.
Problema de arrastre
En tanto, Boratti recordó que “para dar un servicio de salud se utilizan insumos que, en un porcentaje importante, son de origen extranjero: como los guantes, algunas ampollas y medicamentos, material tecnológico como los monitores, incluso algunas camas especiales. Además, muchos materiales que se producen en el país tienen insumos que son importados. Hace un tiempo que la restricción a las importaciones y el retraso en el ingreso de algunos productos vienen arrastrando el problema de dificultad para conseguir algunos elementos. Incluso algunas empresas se fueron del país. En el caso del Sanatorio Boratti, las camas que compramos en su momento son de una empresa canadiense que se fue del país y, desde entonces, no se consiguen los repuestos, incluido ruedas y circuitos electrónicos… por eso cuando una requiere reparación, queda directamente inutilizada”.