Según el doctor en psicología Norberto Levy, el enojo es, en esencia, un remanente de energía que está destinado a aumentar nuestros recursos para resolver el problema que nos produce enojo. Sin embargo, al no saber cómo canalizarlo termina convirtiéndose en un factor que daña aún más la situación a la que nos enfrentamos. Por esta razón es de fundamental importancia conocer de qué está hecha esta emoción y aprender a transformar el enojo que destruye en enojo que resuelve.
Pensemos cuántas veces al día o en la semana nos enojamos
El enojo puede tener diferentes causas, desde algo simple hasta cosas mucho más complejas, pero tiene un factor común: la frustración.
Cuando la energía del deseo que se encamina hacia su realización encuentra un obstáculo, la obstrucción que produce genera una sobrecarga energética en ese deseo. Esta sobrecarga es lo que llamamos enojo.
Es importante destacar que la función original de esa sobrecarga de energía es asegurar la realización del deseo o necesidad amenazada. Lo que ocurre es que al no saber cómo implementar adecuadamente tal sobrecarga de energía, en lugar de contribuir a la resolución del problema a menudo se convierte en un problema más. Muchas personas toman esta frustración a su deseo como algo que la otra persona que aparece como obstáculo lo hace a propósito, estas personas están muy expuestas a vivir crónicamente enojadas y resentidas.
A esto hay que sumarle las creencias que traemos encima, si creo que la vida es una batalla, que todo cuesta, que nada me será fácil, aumentamos el enojo.
Podemos hacernos preguntas como: ¿qué me enoja? En vez de ¿quién me enoja? O ¿qué debería pasar para que el enojo pase?
Con estas preguntas podremos ver qué modelo mental tenemos, qué creencias, pero sobre todo podremos ver que muchas veces nos quedamos en el enojo y la frustración y nos olvidamos de ir por lo que deseamos.
El autor de la sabiduría de la emociones, nos da unos puntos a seguir para aprender del enojo, dice que tenemos que hacer una catarsis para descargar la energía que genera el enojo cuando aparece: respirar, caminar, contar, salir del lugar donde se ha producido el evento que generó esta emoción.
Luego dar a conocer a la persona que generó esta emoción claramente lo que siento para que conozca el efecto que produce en mí lo que ha hecho.
Después y un punto importante, incluir una propuesta para reparar la situación presente para tratar de evitar que se repita en el futuro.
Para comprender mejor estos puntos es útil recordar que el enojo no es un fin en sí mismo sino un medio para resolver un problema.
El enojo se convierte en un fin en sí mismo cuando nos olvidamos, nos desconectamos del tema que ha provocado nuestro enojo y parece que sólo queremos herir a quien nos ha irritado.
El enojo es una emoción que puede enseñarnos mucho si nos animamos a vernos y a ser humildes para poder pedir lo que necesitamos y animarnos a ir por nuestro deseo.
Bendiciones.