En el marco de un seminario organizado por el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, uno de los temas abordados fue el impacto de la sequía en el agro y la economía nacional.
La jornada se desarrolló en un contexto de fuerte volatilidad en el mercado cambiario.
Nelson Illescas, director del Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI), puso en números el recorte en divisas y recaudación impositiva que se espera para 2023.
“A nivel país, se identificaron 175 millones de hectáreas en sequía y más de 17 millones de cabezas de stock bovino en riesgo”, explicó.
El directivo calculó que al 20 de abril, este año dejarán de ingresar -en relación a 2022- unos US$ 21.291 millones en concepto de exportaciones agroindustriales. Trasladado al Producto Bruto Interno (PBI), representa una caída interanual de 3,1%.
Pero estas cifras no son definitivas. “Conforme avance la cosecha, se tendrá más precisión respecto de los impactos”, advirtió.
A nivel productivo, remarcó la brecha que se generó entre las expectativas iniciales en los principales cultivos y el panorama actual, indicaron desde infocampo.com.ar.
En soja, se pasó de 48 millones de toneladas a 22,5 millones, un retroceso del 53% con respecto al ciclo 2021/2022. En trigo de 20,5 millones a 12,4 millones (40%); maíz, de 50 millones a 36 millones (36%) y en cebada de 5,4 millones a 3,8 millones (30%). El girasol fue el único cultivo que resistió el embate y mantuvo las cifras de inicio de campaña, con 3,9 millones.
Illescas también puso sobre la mesa las ayudas del Estado al agro a nivel mundial y destacó el caso europeo, en donde al campo se le devuelve un 19,5% de la inversión. En América Latina, Brasil tiene un saldo a favor de 1,5%, pero en nuestro país señaló que esta variable es negativa en un 24,3%.
Dilema de las retenciones
La economista Diana Mondino destacó que además de la sequía climática, el Gobierno presenta una “sequía de ideas”.
Más allá de los pronósticos que indican lluvias para la campaña fina, puso en duda que en la próxima campaña fina se registre un aumento del área sembrada de trigo.
“No ha llovido y no sabemos que se sembrará fina. Y si hay agua, ¿con que plata se sembrará?”, cuestionó.
Además, trasladó este escenario a la ganadería y sostuvo que el próximo año caerá la producción de terneros y podrían registrarse faltantes de carne vacuna.
Al momento de referirse a las retenciones, sostuvo que si se eliminan, se deben hacer en todas las producciones, para no generar diferencias. “¿Por qué tiene que haber derechos de exportación? Las reglas tienen que ser las mismas para todos, a algunos le irá mejor”. sostuvo. Y agregó, a modo de ejemplo: “El dólar soja genera una serie de asimetrías sorprendentes”.
Como “Plan B”, propuso que si es inevitable seguir con este impuesto, tiene que dejar de ser recurso de libre disponibilidad y que esos fondos se destinen al lugar en donde se cobran, que los productores puedan ver reflejados en obras el dinero que erogan por ese tributo.