Si el dólar blue impacta o no en la economía, hace tiempo que dejó de ser un debate en Argentina. Las repercusiones de la divisa informal quedan de manifiesto en semanas agitadas como las que está viviendo el país; con un billete verde que profundiza día a día su tendencia alcista.
Los efectos en la escalada de la moneda paralela, que ayer subió 33 pesos y cerró en $495 en la city porteña, empezaron a sentirse con fuerza en la industria de la construcción. Falta de precios y presupuestos, son algunas de las consecuencias que cubren con un manto de incertidumbre al sector.
Como es sabido, en el rubro muchos de los insumos se adquieren en el extranjero y, por ende, están dolarizados. Si bien las importaciones se realizan al tipo de cambio oficial, las dudas que provoca el escenario actual, más los atrasos del Banco Central en las autorizaciones y la amenaza latente de una profunda devaluación de la moneda formal; provocan que los proveedores “se protejan” y busquen suspender cualquier tipo de operación.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el presidente de la Delegación Misiones de la Cámara Argentina de la Construcción, Nicolás Dei Castelli, adelantó que la brecha, que crece, entre el dólar oficial y el blue termina desembocando en aumentos de precios cada vez que se renueva el stock, porque “no se sabe si después se va a poder reponer ese producto”.
Luego, indicó que otra de las derivaciones de la corrida cambiaria es que los proveedores buscan paralizar las operaciones “hasta que se calme todo un poco”, para volver a vender.
“Cuando el mayorista ve que escala tanto el dólar libre, dice ‘pará, en un momento se lo va a arrastrar al otro (oficial)’. Entonces pone en punto suspensivos las ventas”, precisó.
Dei Castelli reveló que los aumentos en el sector son semanales y redondean un 7% mensual. “Hoy estamos parados en una lotería. El que te va a vender se protege porque no sabe de cuánto va a ser el aumento cuando renueve la mercadería”, reiteró.
Por último, puntualizó que las ventas en los locales minoristas también se enfrían, producto de estas inestabilidades macroeconómicas.
“Nadie que tenga poder de ahorro quiere salir a gastar su dinero cuando ve estos movimientos en el mercado cambiario”, expresó el referente de la construcción.
Testimonio en corralones
“Es como un déjà vu. Siempre ocurre lo mismo y estamos acostumbrados”. Remitiendo al pasado, y con resignación, así definen el presente, desde diferentes corralones de la provincia a los que consultó este medio.
Es que la situación actual no es nueva. Sin ir más lejos, hace casi un año, la renuncia del entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, generó un sismo en los mercados similar al actual. En ese momento, los comercios también tuvieron que aplicar estrategias defensivas para protegerse frente a la incertidumbre.
Ahora, con Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda, la película se repite; aunque con un cimbronazo que aún no se sabe cuándo finalizará.
Consultado por PRIMERA EDICIÓN, Adrián Mendoza, encargado de Brasil Cerámicas, una empresa dedicada al rubro de ventas de materiales de construcción minorista en Posadas, confirmó que la semana pasada todos los materiales (sean o no importados) llegaron desde las fábricas con una actualización en los valores de entre 5 y 7%.
En ese sentido, manifestó que además de la suba en el blue, lo que está motorizando los aumentos de precios es la, casi, imperceptible (comparándolo con el paralelo) devaluación del dólar oficial, que tan sólo el último marzo aumentó un 8%.
“Es verdad que los proveedores miran el paralelo. Pero el gran problema es que el oficial también está subiendo día a día. Nosotros que hacemos cotizaciones vemos que diariamente aumenta”, narró.
En su caso en particular, detalló que no recibió suspensión de entregas, pero sí de precios. “Tenemos retrasos en las cotizaciones de los artículos que sí son dolarizados. Te demoran los presupuestos y no te pasan precios”, insistió.
Otro lugar, mismo panorama
A 120 kilómetros de Posadas, en Oberá, el panorama no es muy distinto. Así lo reflejó Matías Mondolo, quien junto a su esposa llevan adelante Construmat, una tienda de ventas de materiales para la construcción.
Ante la pregunta de este Diario, describió que la semana pasada recibieron productos con hasta un 8% de incremento y mencionó que el cemento es uno de los materiales que más viene aumentando.
Luego, apuntó que algunos mayoristas no quieren mandar mercadería o buscan hacerlo sin precios, para fijarlo a fin de mes.
“Todo esto es un desastre. Los proveedores te dicen que te van a mandar el producto sin precio. Entonces, es muy difícil trabajar así, porque, al no tener referencias, no sabés si no estás perdiendo dinero con el precio que estás vendiendo”, sentenció.
Construcción: cotizaciones por día y pagos al contado
Entrevistado la semana pasada por FM 89.3 Santa María de las Misiones, Nicolás Dei Castelli reveló que, por la inflación galopante y la tormenta cambiaria, las cotizaciones, en el sector de la construcción, pasaron a ser por día (tienen 24 horas de validez) y los pagos, prácticamente, tienen que ser al contado.
Profundizó que en otra época, “se podía chequear si era 30 o 60 días inclusive, hasta se conseguían buenos precios una vez que se entregaban los valores; sin embargo hoy es al contado”.
“Los mecanismos que estaban preparados hace unos años para recaudar los contratos, con esta inflación quedaron como obsoletos, porque uno se llena de papeles y, presenta, depende de la metodología, cuando hay un porcentaje de salto; y ahora todos los meses estamos cumpliendo ese porcentaje, así que estamos presentando todos los meses readecuaciones de contrato y a veces son muy lentas las aprobaciones. El capital de trabajo de las empresas está constantemente en juego para mantener el ritmo”, explicó.
Drama para importar
Otro de los problemas que persiste es el de las importaciones, por los plazos en los tiempos de aprobación que se demoran cada vez más. “Si antes tardabas 45 días para comprar y recibir el producto, hoy estás demorando 90”, ejemplificó.
“Por un lado, tenemos la inflación que modifica los contratos constantemente. Y por el otro, la compra de insumos no es como era antes; entonces las empresas quedan medio al límite con todo su capital de trabajo para poder continuar las obras que tienen los plazos determinados”, indicó.
Aun así, aclaró que “hay trabajo” en el rubro y muchas obras están llevándose a cabo; impulsadas, principalmente, por la inversión pública provincial.