La Fundación Por la Sonrisa de un Niño intervino en el caso de la familia de Esteban, quien con sólo 18 años se convirtió en el sostén de su hogar y busca la tenencia de sus cuatro hermanitos menores. Desde hace meses, se quedaron solos al no regresar su madre y ahora hacen lo posible por solventar los gastos, mientras viven en una casilla precaria en el barrio San Lucas.
El caso
Desde la Fundación, Lilian Mercado contó a PRIMERA EDICIÓN que estos cinco hermanitos “un día la mamá los dejó y se fue. Los chicos quedaron a cargo de su hermano mayor”. Residiendo en un barrio muy humilde de Iguazú, indicó que “el problema es que ellos no tienen un lugar propio, sino que les prestaron una casita que tiene una pieza y duermen sobre un colchón en el suelo”.
En cuanto a las edades de los menores, señaló que “el más chiquito tiene cuatro años y la más grande de las nenas tiene 13. El hermano mayor tiene 18 años y es el que está a cargo de ellos, trabaja en un depósito hasta las 9 de la noche, todos los días”. Relató que este joven es el único sostén del hogar ya que “ellos no cobran ningún salario, por el hecho de que su mamá llevó todas las documentaciones y ahora tienen que tramitar todo de nuevo. El papel de la custodia, la tutela, está siendo tramitada para el hermano”.
Más allá de la asistencia brindada en lo social, aseguró que lo primordial es que vivan en buenas condiciones, “para evitar que sean separados”. En las visitas hechas a este espacio precario comprobaron que la situación no mejora y a nivel municipal “nadie se termina haciendo cargo del asunto”.
Para realmente conseguir una ayuda, resaltó la importancia de visibilizar este caso y todo lo que hace este hermano mayor por los más pequeños.
Para intentar conseguir respuestas, Lilian Mercado explicó que también contactó al intendente y al Gobierno para que se ocupen de esta familia, pero “hasta el día de hoy no hubo respuesta”.
Fue una vecina de estos chicos la que contactó a la Fundación Por la Sonrisa de un Niño para pedir una intervención en el caso y conseguir algún tipo de donación: “Los chicos caminan casi 15 cuadras para ir a un lugar que se llama Hogar de Día, donde desayunan y almuerzan. De ahí se van a la escuela caminando los 4 hermanos”.
Como se trasladan a pie y teniendo en cuenta el lugar donde viven, contó que “cuando llueve ya no pueden salir. El día que me fui a visitarlos, estaban sin gas y tienen los colchones sobre el suelo”.
Una hermana mayor de estos chicos, Emilia, también apareció para colaborar con su hermano a pesar de no residir actualmente con ellos en Iguazú.
Mercado relató que esta familia pasó por numerosas situaciones de violencia y la intención es que puedan estar bien y juntos. Por ello, de forma conjunta, los hermanos mayores están haciendo lo posible para resguardar las infancias.
Como parte de una movida solidaria “una vez que consigan un lugar, si se saben manejar, podrán salir adelante”, relató.
Para que cuenten con algún tipo de ingreso, explicó que “les vamos a ayudar a hacer todos los trámites para que ellos cobren la asignación”.
Más allá de los escasos recursos y las dificultades que afrontan, reiteró que algo primordial en este momento para esta familia es “que no los separen”.
Además, indicó que el lugar donde viven es prestado por un tío el cual “cada tanto les dice que tienen que irse. Lastimosamente, viven en medio de la humedad, en un monte, donde llueve y no pueden salir”. Por este motivo, desde la Fundación “queremos conseguirles un espacio físico”.