Las denuncias son concretas y determinaron en pocas horas que un comisario mayor de la Policía de Misiones sea apartado de sus funciones y puesto a disposición de la Justicia provincial acusado por varias subalternas de haberlas acosado y maltratado laboralmente, pero también de haber cometido abusos sexuales que podrían ser condenados hasta con seis años de prisión.
El martes pasado y ante la Justicia de Instrucción Penal de la Primera Circunscripción Judicial fue denunciado un subdirector de la Dirección de Seguridad Vial y Turismo de la Policía por haber abusado sexualmente de una subcomisario de 32 años que estaba bajo su cargo y función en uno de los estamentos más altos de la fuerza.
De acuerdo a fuentes exclusivas e incuestionables de PRIMERA EDICIÓN, el funcionario público tiene 54 años y ostentaba el rango mencionado no solo para cumplir con su deber y trabajo directo, también habría “chapeado” y obligado a sus víctimas a guardar silencio sobre los episodios reiterados de acoso laboral.
Los presuntos hechos delictivos que habría concretado fueron expuestos ante la fiscal de Instrucción 1, Amalia Benedicta Spinnato, esta semana. La subcomisario rompió el silencio acompañada por otras camaradas que habrían padecido episodios de menor gravedad pero que sustentarían el contexto de violencia sexual y laboral que el comisario mayor desplegó durante los últimos años en el cargo mencionado.
Tras la presentación de la acusación se corrió vista al juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, para que se inicien los trámites pertinentes al inicio de expediente y los primeros pasos que comprenderían la citación a indagatoria al policía señalado y la recepción de más testimonios.
“Bajo silencio”
Si bien dentro de la Policía de Misiones formalmente ya se habían denunciado situaciones o casos similares con el mismo sospechoso, la presentación judicial derivó rápidamente el miércoles en la decisión de pasar a disponibilidad al comisario mayor, lo que incluye alejarse de los habituales lugares o espacios de tareas bajo su responsabilidad en el edificio de la Dirección General de Seguridad frente a la costanera Sur en inmediaciones al complejo habitacional A3-2 y el barrio Santa Cecilia de Posadas.
Siempre de acuerdo a la denuncia judicial, cuyos detalles mayores este Diario se reserva publicar para preservar la integridad de la víctima, manoseos e insinuaciones directas se repitieron dentro de las oficinas de la Dirección de Seguridad Vial y Turismo.
Una suboficial de 25 años aproximadamente también lo había denunciado ante superiores por el acoso sexual constante y el maltrato laboral como respuesta inmediata al rechazo que la víctima opuso.
Según fuentes dentro de la fuerza policial, los actos similares no fueron pocos pero se mantenían “solapados o silenciados” por la mala aplicación de la verticalidad del funcionamiento institucional y por temor a la jerarquía del funcionario público. Con términos más directos la línea se bajaba con el remanido “donde manda capitán no manda soldado”.
Vale remarcar además que, tras la decisión de una de las víctimas de denunciar detalladamente en la fiscalía -de calle Santa Fe casi Rivadavia- los delitos contra la integridad sexual, fue activado rápidamente el procedimiento para desplazar al policía, se abrió el sumario y se corrió para análisis a las autoridades de la Jefatura, Carlos Merlo y Víctor Mai, jefe y subjefe, respectivamente. La firma de ambos se rubricó el miércoles.
Otras voces destacaron que la investigación interna policial también apunta a episodios de amenazas de violencia directa con el mismo protagonista mencionado, el subdirector de Seguridad Vial y Turismo.
La presentación judicial comprendería actos reprimidos dentro del artículo 119 del Código Penal Argentino con condenas que parten de los seis meses de prisión hasta los seis años.