De esos pasillos repletos de personas que hacían imposible el poder caminar, hoy sólo quedan recuerdos. Es sábado, 9 de la mañana, y la emblemática “Placita” de Posadas (referencia en canciones y cuentos del litoral) luce sin movimientos. “A esta hora, antes estaba lleno de personas”, recuerda nostálgico un comerciante de “toda la vida” ahí.
Más de la mitad de los locales lucen cerrados, con las persianas bajas. “Hace 30 minutos estamos hablando y no se acercó nadie a preguntar un precio”, marca a este cronista otro vendedor, como un modo de graficar la situación actual. “Nos toca seguir remando… no nos queda otra”, sentencia una trabajadora, mientras espera que algún potencial cliente se acerque por primera vez en la mañana.
El Mercado Modelo La Placita, un paseo de compras de más de seis décadas que siempre logró sobreponerse a los malos momentos, atraviesa por una caída pronunciada en las ventas, que “prácticamente no tiene precedentes”, según manifestaron diferentes comerciantes.
Un recorrido por los pasillos del lugar muestra una imagen muy distinta a tiempos anteriores. De la aglomeración y el bullicio, se pasó al semi-vacío y al (casi) silencio. Los efectos de la inflación, imposible de alcanzar para los salarios, se ven reflejados en cada paso libre que se da, sin tener que pedir permiso o esquivar a alguien.
Lucía (nombre ficticio) tiene un local de ventas de ropa. Cuenta que desde hace varios meses decidió ser una de las primeras en abrir y de las últimas en cerrar porque “no puede darse el lujo” de perder una venta.
“Estoy todo el día, todos los días. Antes trabajaba menos tiempo, pero ahora tengo que hacerlo así”, describe.
Luego, aclara: “Así y todo, al final de la jornada vendo menos que lo que hacía antes trabajando medio día”.
Como una medida paliativa, relata que profundizó la venta por internet (particularmente por la red social Facebook) y empezó a hacer delivery. “Si el cliente no viene, hay que ir a él, je”, sintetiza con humor.
A metros, la realidad de Juan y su tienda de electrónica no es muy distinta. “Toda mi vida trabajé acá y no recuerdo una crisis como esta”, describe. A su alrededor, casi todos los locales permanecen cerrados y él explica que, a diferencia de Lucía, hay vendedores que directamente optan por abrir sólo un rato, desalentados por las pocas ventas.
“Por lo general son personas grandes, que ya no tienen energía como para pasarse horas acá y vender poco o nada”, precisa Juan.
En su caso particular, afirmó que se encuentra ante una de sus peores rachas de ventas y se mostró pesimista de cara al futuro. “No veo una solución rápida a este problema y, por el contrario, creo que las cosas van a empeorar en los próximos meses”, analizó.
También reveló que este 2023 tuvo un comienzo particular para ellos. “Por lo general, enero y febrero eran meses tranquilos para nosotros y después empezaba el movimiento grande de clientes. Pero este año fue al revés. En las vacaciones, con los tours de compras, se acercaron muchas personas, pero ahora no hay nadie”, relata..
Bautista, que se dedica mayormente a la venta de calzados, tiene su local al otro lado de La Placita, pero aún así comparte los testimonios anteriores. Subrayó que antes contaba con otros tres empleados en su tienda, pero la situación económica obligó a reducir al personal a una sola persona. “Hay veces que también le tengo que pedir a él que no venga, porque no estamos vendiendo nada”, añade.
Posteriormente, remarcó que la crisis también impacta en el humor social: “Muchos de los compradores se enojan, con razón, porque las cosas suben. Pero también tienen que entender que no tenemos la culpa de que eso ocurra”, defiende.
Aumento de precios
Desde sus inicios hasta hace pocos años, La Placita creció como sinónimo de “ahorro” e históricamente se caracterizó por ser el espacio donde las clases más populares se acercaban a realizar sus compras. La diferencia de precios con respecto a otros locales de la ciudad era muy grande, por lo que también vecinos de otras localidades se acercaban a Posadas con el único fin de adquirir algún producto.
Ropa y electrónica fueron los rubros que siempre líderaron las ventas en ese icónico espacio posadeño, aunque siempre se destacó por tener todo lo que se necesitaba. Plantas, cosméticos, herramientas, artículos del hogar, útiles escolares y todo lo que uno pueda imaginar, lo encontraba en La Placita. “Es el shopping de los pobres”, se decía, aunque en los pasillos luego se encontraba a personas de todos los estratos sociales.
Sin embargo. en el último tiempo, algo cambió. La variedad de productos sigue siendo la misma, pero la distancia que existía en los precios, con respecto a otros lugares, no es tal.
Hoy, la brecha entre las tiendas del centro y sus pares de la La Placita se han acortado mucho e, inclusive, es posible hallar productos más caros en este último lugar.
Consultados por este cambio de paradigma, los locatarios de La Placita argumentan que los productos que ellos compran a sus proveedores de Paraguay y de Buenos Aires “tienen como referencia el valor del dólar blue” y eso termina impactando en el precio final del mostrador.
“Yo todo el tiempo estoy siguiendo la cotización del dólar. Cuando sube, yo tengo que remarcar, porque si no salgo perdiendo”, contó un vendedor, mientras mostraba en la pantalla de su computadora la página de una casa de cambios.
Otro comerciante apuntó: “Hay que tener en cuenta que en Paraguay siempre te venden con una cotización más cara. Si el dólar (blue) está $380, ellos ya te cotizan el producto con un dólar de $400”.
Crecimiento del crédito
En La Placita manifiestan que otro factor a tener en cuenta, a la hora de analizar las caídas en las ventas, es el del aumento de las compras con tarjetas de crédito.
“Hoy las personas eligen comprar en cuotas y tratan de aprovechar los Ahora Misiones (programa provincial con cuotas fijas y reintegros) o los Ahora 12 (similar al anterior pero de alcance nacional). Nosotros contra eso no podemos hacer nada. Aún así tratamos de avanzar y modernizarnos. Actualmente, creo, que todos los locales aceptan pagos electrónicos como para darle una opción más al cliente. Tratamos de reinventarnos y hacerle frente a esta situación”, sentenció un vendedor.