Las causas de la fisura labial palatina (más conocida como labio leporino) en un recién nacido, van desde factores genéticos hasta factores socioambientales. Partiendo de eso, de todos los casos prenatales que se diagnostican en el Hospital Materno Neonatal, un 70% corresponde a bebés del interior de la provincia. Así lo confirmó en diálogo con PRIMERA EDICIÓN la responsable de Odontología del Hospital Materno Neonatal, Griselda Acosta.
La profesional recordó que, si bien el porcentaje de esta afección en líneas generales es bajo, en la provincia suele ser un poco más elevado. En ese punto, cabe aclarar que no existen estadísticas oficiales sobre cuántos niños nacen con fisura labial palatina en Misiones; y también que grandes áreas en el interior de la provincia se dedican a la producción de tabaco y otros productos, para los cuales es frecuente la utilización de agroquímicos.
Por otra parte, de todos los bebés que nacen con labio leporino en el Hospital Materno, un 40% son diagnosticados de forma prenatal. El resto de ellos son diagnosticados en el momento del parto, explicó Acosta.
En relación a eso, como el diagnóstico de la afección se realiza a partir de un control ecográfico de rutina, los bebés que no acceden a un diagnóstico prenatal es debido a que, por lo general, sus mamás no pueden acudir a sus debidos controles. Se trata de una situación que, en su mayoría, se da con mamás del interior y de zonas rurales ya que, muchas veces, la distancia le dificulta el acceso.
No obstante, si bien se trata de una afección vinculada a trastornos genéticos, la especialista remarcó la importancia de la prevención. Ésta radica en que la mamá tome adecuadamente ácido fólico, lleve una alimentación balanceada, no fume, entre otros puntos que forman parte de sus controles en el embarazo, aparte de las ecografías.
Diagnóstico prenatal: una preparación para la mamá
Para realizar un tratamiento al bebé con labio leporino en principio hay que esperar que nazca.
Teniendo en cuenta eso, este Diario le consultó a la especialista qué cambia teniendo un diagnóstico prenatal y por qué hacen hincapié en ese punto. Ante eso, la odontóloga explicó que el diagnóstico prenatal influye en cómo recibe la familia a ese bebé que llega. Eso, aparte del hecho que para hacer una intervención quirúrgica deben pasar meses, es decir, no es algo inmediato.
“Como es una afección que se ve en el rostro, muchas veces la mamá entra en shock. Y si de antemano no sabe como viene su bebé es peor el shock. Si conoce esto se puede trabajar de forma diferente”, explicó la especialista. En otras palabras el diagnóstico prenatal está dedicado exclusivamente a preparar psicológicamente a la mamá, para que así pueda recibir de la mejor manera a su bebé.
En ese punto Acuña hizo énfasis en que se trata de bebés sanos y que la fisura labial es algo completamente corregible. “Hay bebés que no son aceptados por sus papás, o por sus abuelos por ese motivo. En cuanto a eso te puedo contar miles de historias de familias que no aceptan a esos niños. Como se trata de una fisura en la boca, es muy notoria y genera un rechazo. Hasta hay familias que tratan al recién nacido como un bebé con discapacidad, cuando tiene las mismas habilidades que cualquier otro bebé”, afirmó.
A eso agregó, “cuando nace un bebé con fisura de labio palatino nos avisan y nos sentamos con la mamá y le hablamos. Le explicamos que es algo que se revierte con una cirugía, y que su bebé va a tener una vida completamente normal, y ahí recién la mamá se quiebra y puede llorar por el mismo shock que tiene”.
Equipo interdisciplinario: una condición imprescindible
Para tratar a bebés con fisura labial palatina es fundamental el trabajo médico interdisciplinario. Es por eso que, para estos casos, el Materno cuenta con un equipo de odontólogos, genetistas, otorrinolaringólogos, cirujanos y expertos en salud mental.
La primera intervención que se le puede realizar al bebé es partir de los seis meses de vida, según la especialista; para luego continuar con una serie de intervenciones de salud y estéticas. “En cuanto al tratamiento, desde la odontología se le aplica una placa obturadora que separa las fosas nasales del paladar para que el bebe no se broncoaspire. Eso se realiza recién a los seis meses y después a los dos años se cierra el paladar y de ahí vienen un montón de intervenciones y cirugías, tratamientos, ortopedia, ortodoncia, retoques estéticos”, explicó.
A su vez, cuando el bebé pasa por esas intervenciones, hay un segundo proceso de reconocimiento de la mamá con su bebé. “Cuando se le realiza el tratamiento, la mamá conoce por segunda vez a su bebé y ahí viene un segundo estado de shock. El primero es cuando ve por primera vez a su bebé y segundo cuando se hace la cirugía porque es como si fuera otro bebé”, finalizó, reivindicando la importancia del acompañamiento psicológico.