Las verdades que vamos intuyendo durante la práctica del yoga, cuando al completar una clase percibimos la armonía física, mental, emocional y espiritual que puede hacernos sentir en armonía con el Universo. Por eso busco lecturas muy especiales para el cierre de la sesión, como los mensajes del maestro y poeta Rabindranath Tagore.
“Es preciso que la persona realice su existencia integral y ocupe su puesto en el Infinito. Ha de aprender que cuando corta todo contacto vivificante y purificador con el Infinito, cuando no cuenta más que consigo misma para su subsistencia, devora su propia sustancia. Al verse privada de la base que se lo da todo, su pobreza pierde la más bella virtud, la dignidad, y su riqueza ya no es esplendor sino extravagancia. Sus apetitos ya no permanecen en sus límites naturales y pasan a ser un fin en sí mismos. En su manera de expresarse ya no trata de agradar sino de asombrar”.
Entonces, “cuando su conciencia se halla restringida a lo que de inmediato toca a su ego humano, las raíces más profundas de su ser no encuentran el suelo que les es natural. La persona pierde entonces su perspectiva interior, sus conexiones vitales con el Infinito. Juzga su actividad por el propio movimiento y no por la serenidad de la perfección, no por el reposo que existe en la bóveda estrellada, en la rítmica danza de la incesante Creación”.
En nuestros días estamos aprendiendo a cuidar conscientemente el medioambiente y la biodiversidad por la salud del planeta -que es parte de la Creación- desde todos los sectores de la sociedad, sin que por eso dejen de desarrollarse todos. Y desde aquí, haciendo un pranayama sencillo, sentimos que también es por algo más. Ya lo decía años atrás el sabio poeta: “El ser humano no supo leer el sentido profundo de las majestuosas catedrales vivientes que le ofrece la Naturaleza; no vio en ella sino una fuente de riqueza y poder.
El corazón de las personas no supo venerar en ella el lugar de una gran reconciliación espiritual, en que el alma humana puede juntarse con el alma del Cosmos”. Namasté.