De manejar poco más del 60% del mercado exportador del té en Misiones en los años 90, actualmente las cooperativas concentran poco menos del 1%. El fenómeno también es reflejo de la contundente debacle de los pequeños productores.
De las casi 15 que florecían en aquellos años, a duras penas persisten siete, pero al menos tres están flojas de papeles, lo cual les impide exportar. A su vez, tampoco consiguen federarse para intentar recuperar los mercados (ver abajo).
Como contrapartida, en todos estos años florecieron las pequeñas y medianas industrias privadas que, a la fecha, son más de 60, y un oligopolio de no más de cinco empresas controla casi la totalidad de los mercados externos e internos.
No es poco: en Argentina anualmente se plantan 39.800 hectáreas de té, de las cuales casi 38.000 se encuentran en Misiones y sólo cerca de 1.800 en Corrientes. Ello muestra a las claras la importancia de la Tierra Colorada con esa producción, pero ya concentrada en manos privadas.
“Estamos promoviendo que sean las cooperativas las que puedan aprovechar la apertura de los nuevos mercados, en los cuales está trabajando la Provincia; pero tiene que haber una relación de confianza entre el productor y la cooperativa, que fue uno de innumerables factores que las llevó a la crisis”, dijo a PRIMERA EDICIÓN la ministra de Acción Cooperativa, Liliana Rodríguez, quien conoce de primera mano el tema tealero por haber trabajado en el sector cuando era funcionaria del Agro.
A decir de Rodríguez, la provincia supo albergar a las cooperativas que exportaban mucho té. La Cooperativa Agrícola Limitada de Oberá (CALO), que llegó a generar más de 16 millones de pesos anuales por ventas, pero que hace unos años se vio envuelta en una grave crisis institucional -si bien volvió a producir-, “ya no lo hace en la cantidad que lo hacía en aquellos años”, enfatizó la Ministra.
A la fecha, las cooperativas que siguen mandando el té de Misiones a los mercados externos son la Cooperativa de Ruiz de Montoya y la de Dos de Mayo (yerbatera y tealera). “Las cosas son muy distintas y si hoy se mantienen en su perfil exportador es un minúsculo porcentaje, porque en la actualidad existen 60 PyMEs exportadoras de té que antes no existían”, agregó.
Consultado al respecto, el productor agropecuario y director de la Asociación de Productores Agrícolas de Misiones (APAM), Cristian Klingbeil, sintetizó a este Diario la gloria y decadencia de las grandes entidades cooperativistas.
“En los años 90 las cooperativas de té de Misiones tenían un volumen de exportación tremendo: llegaba al 60% del total y, en la actualidad, la única que puede hacerlo porque cumple con los requisitos para ello es la de Dos de Mayo, aunque no llega ni al 1%. En aquellos años las cooperativas marcaban el camino y hoy todo el mundo se da cuenta de que se las tuvo que haber apoyado más”, reflexionó.
“La debacle del té ocurrió cuando se concentró en manos privadas. Desaparecieron las cooperativas y los productores fueron arrastrados con ellas a la decadencia”, aseguró.
No pueden federarse y están nucleadas en un consorcio
Con la llegada del nuevo milenio, las cooperativas que habían logrado sobrevivir a todas las crisis intentaron federarse, pero la exigencia para poder hacerlo era agrupar a un mínimo de siete y “nunca pudimos llegar a ese número”, contó a PRIMERA EDICIÓN el dirigente cooperativista de Picada Libertad, Ricardo Szmandiuk.
“En nuestra mejor época del té las cooperativas de Almafuerte, Los Colonos y de 25 de Mayo movían afuera grandes cantidades del producto. Sin embargo, el sector cooperativo perdió presencia activa en el mercado exportador por los desmanejos que ocurrieron en el medio y hasta hoy no se pudo volver”, lamentó.
Como respuesta, el Gobierno de Misiones creó la mesa de Consorcio del Té, en la cual participa y trabaja para incluir este producto de Misiones en el mercado exportador, en los países donde ya se tenían negocios y otros nuevos, para así volver a establecer la relación de confianza.