Silencio y consternación se profundizaron ayer en ambas localidades, cuyos habitantes recibieron para despedir los restos de los cuatro misioneros que perdieron la vida en la tragedia vial de Fernandes Pinheiro, Brasil, registrada durante la madrugada del martes cuando retornaban en colectivo de sus vacaciones en Florianópolis.
Los cuerpos de Giuliana Elena Tessari (25) y Fernando Guido Benítez (33), pareja de novios que retornaba de su primer viaje juntos, arribaron pasado el mediodía a Wanda y tras ceremonias de pocas horas fueron sepultados, en el caso de Tessari en el predio de un templo evangélico de Puerto Esperanza, mientras que Benítez fue enterrado en el cementerio de Wanda.
En cuanto a Carina Isabel Benítez (42) y su hijo de 3 años, David Pinchevsky, minutos antes del mediodía de ayer arribaron a Puerto Iguazú para ser velados en una funeraria céntrica. El último adiós sería dado esta mañana en el cementerio respectivo.
“Nos dejó lo más lindo”
Sonia Tessari, madre de Giuliana, dialogó brevemente ayer con PRIMERA EDICIÓN minutos después de la despedida: “Ella fue una excelente madre, era muy joven y amaba profundamente a Francesca (4) su hija, y ahora nos queda ella como las más lindo que nos pudo haber dejado”.
“Ella no quiso que Francesca la acompañara porque era su primer viaje de vacaciones con su novio y la niña es muy chica aún”, agregó Iris Servián de Tessari, abuela paterna de Giuliana, quien también remarcó que la joven estaba feliz con sus primeros pasos laborales y de independencia económica. “Se inició como trabajadora con toda la familia pero hacía poco tiempo comenzó a trabajar en una estación de servicio”.
El martes a las 1.50 sobre la ruta BR-277 viajaban los misioneros entre los 54 pasajeros de diversas nacionalidades que habían partido desde Florianópolis el lunes por la tarde .
A la altura de la localidad de Fernandes Pinheiro en el estado de Paraná, el colectivo de la empresa “Viação Catarinense” despistó y cayó a un barranco de al menos cinco metros de profundidad y siete personas perdieron la vida, cinco argentinos y dos brasileños.
Entre los argentinos que murieron, el quinto fue identificado como Franco Sánchez oriundo de Magdalena (provincia de Buenos Aires), cuyos restos iban a ser cremados en Brasil y trasladados a suelo bonaerense tras los trámites del consulado argentino en Curitiba.