Habló el “Rey del combustible”, el ciudadano paraguayo que consiguió cruzar 19 veces en cuatro días y pasar más de tres mil litros de Posadas hacia Encarnación. Increíblemente se molestó con el diario Última Hora, que descubrió su maniobra en el puente San Roque González de Santa Cruz, porque dijo que traficaba gasoil pero en su camión llevaba nafta. Y se quejó de los controles a los vehículos paraguayos.
A las pocas horas, se viralizó un video que muestra en la cola para cruzar desde la capital misionera a Itapúa, a varios autos con pérdidas de combustible en diferentes partes, lo que hacía sospechar de la presencia de más de un tanque de carga.
Más allá del contrabando, la forma en la que se realiza puede traer trágicas consecuencias para los trabajadores en el puente internacional como a los demás eventuales transeúntes.
Ese combustible que cae al asfalto con casi 40 grados de temperatura, es un peligro para la integridad de los traficantes, del personal de Migraciones, Aduana y SENASA, de las fuerzas de seguridad que custodian el lugar y los otros automovilistas que pasan horas esperando cruzar.
Tanto en Misiones como en Brasil y Paraguay, hubo recientemente noticias sobre la explosión de autos con tanques modificados que se dedicaban al tráfico de nafta. Felizmente no hubo que lamentar la pérdida de vidas en esas circunstancias.
Pero es tarea del Estado nacional, que está a cargo del control fronterizo, ir hasta las últimas consecuencias para evitar que se produzca una muerte por este contrabando.
Al parecer, hay intenciones de controlar e incautar los vehículos sospechosos. Ojalá no sea un golpe de efecto mediático, sino la decisión política de sostener estos operativos en el tiempo.