Una gran variedad de saltos, arroyos y cascadas distribuidos a lo largo de la provincia es la opción preferida para quienes viven alrededor de estas zonas o los que quieren disfrutar del agua fresca.
Pero ¿es conveniente bañarse en un terreno irregular donde el agua corre constantemente? El director de Seguridad Acuática, Franco Bacigalupi, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “en realidad, los saltos y cascadas no están habilitados para bañarse, y cuentan con cartelería de advertencia.”
Si bien aclaró que la principal recomendación es “no ingresar”, dijo que en caso contrario, la responsabilidad será exclusivamente de quien lo haga.
Errores frecuentes
Las piedras resbalosas, características de saltos y cascadas, son el primer obstáculo con el que se encuentran los visitantes. “Quieren sacarse fotos entre las piedras y a veces son personas grandes que terminan perdiendo el equilibrio y cayéndose. Otros se arrojan desde un sector alto y se golpean contra rocas, porque no saben qué tan profundo es”, mencionó.
Hay que tener en cuenta que el terreno de saltos y cascadas es muy irregular y puede variar según las condiciones climáticas: “Sucede también que algunos creen conocer el lugar o se confían de su capacidad de nado, cuando por ejemplo hay zonas en las que llueve más arriba y eso deriva en un importante aumento del caudal o que el agua caiga con más fuerza, si uno está cerca corre el riesgo de caer hacia abajo y ser arrastrado por la corriente”.
Más conciencia
El funcionario reconoció que la difusión de recomendaciones y la incorporación de guardavidas ayudó a reducir el número de ahogados en la provincia: “El año pasado hubo alrededor de 19 y ahora, desde octubre del 2022 que comenzó la temporada, solamente se registraron 3”.
Además resaltó que las familias también son más responsables y recordó que al ingresar al agua con niños, hay que permanecer a una distancia “de un brazo” para resguardarlos, y que deben saber que “más allá de que esté presente un guardavidas, el responsable siempre es el adulto”, insistió.