“Fue un instante, corrí y me metí porque el fuego se inició adentro de la casa, parecía en la pieza de los chicos. No recuerdo con precisión qué hice, sólo tengo claro que fue rápido todo. Mi cuñada gritaba ‘los chicos están adentro, los chicos por favor’”.
Ese momento, el grito fue clave para que Mauricio López (25) no dudara e ingresara a rescatar a sus sobrinos el jueves poco después de las 23. “Yo vivo enfrente y escuchamos los gritos de una pelea o discusión fuerte de mi hermano con su pareja. Pasaron unos minutos y las llamas alarmaban a todos los vecinos. No lo pensé, eran mis sobrinos, me metí y los agarré a los dos como pude los sujete y arrastré a la calle, no me importaba nada, sólo tenía la vista puesta en entrar y salir del fuego con ellos”.
Mauricio dialogó con PRIMERA EDICIÓN, todavía con restos de hollín en el rostro, brazos y piernas y parte de la espalda con manchas de quemaduras leves.
“El fuego lo apagamos después con los vecinos, cuando llegaron los bomberos ya era tarde, la ambulancia demoró también. Pero gracias a los vecinos se controló todo, yo no sé cómo se iniciaron las llamas ni quién lo hizo. Si fue mi hermano o mi cuñada no lo sé, la verdad ahora sólo pienso y rezo para que se salven mis sobrinos”.
“Los gurises quedaron en manos de Dios y los médicos, yo tengo una hija y me desesperaría si le ocurriera lo mismo. Vamos a esperar ahora que Claudio se recupere, sabemos que está muy grave, pero no perdemos esperanzas”, agregó Mauricio.
No quiso especular sobre causas o motivos de la pelea y la presunta acción criminal de su hermano, pero tampoco esquivó la situación y manifestó: “Mi hermano tiene una pequeña discapacidad para hablar y hacerse entender y durante los últimos días discutía con Itatí, pero no parecía que esas discusiones iban a terminar en un incendio o en tanta violencia”.
Los vecinos consultados por PRIMERA EDICIÓN coincidieron en que Ramón Antúnez no era un hombre alcohólico o con algún tipo de adicción evidente, como tampoco lo consideran violento.
Discutió con su pareja y prendió fuego la casa con ella y sus dos pequeños hijos adentro
Claudio y Ángel Antúnez Batista están en grave estado e internados en terapia intensiva en el Hospital de Pediatría Fernando Barreyro. Claudio tiene 7 años y su situación es crítica, con más de la mitad del cuerpo con quemaduras y las vías respiratorias afectadas por el calor del humo inhalado.
Los hermanos son las principales víctimas de la violencia intrafamiliar extrema que habría desatado su padre Ramón César Antúnez Batista, de 32 años, tras decidir quemar la casa en la que residían con su madre en una de las cuatro esquinas del cruce de las calles 210 y 141 en el barrio Sol de Misiones, en la zona sur de esta capital.
Lo que se intentará ahora, es lograr saber si Ramón Antúnez quiso quemar la propiedad de tablas de madera, partes de mampostería y techo de chapas de cartón y zinc para matar a su pareja e hijos o, en el borde de la furia que manifestó, no se percató que rociar con nafta e iniciar el fuego iba a provocar que ellos necesitaran ser salvados por los vecinos, especialmente un tío paterno.
El siniestro se inició a las 23 del jueves y de acuerdo a las voces recogidas por PRIMERA EDICIÓN, fueron los vecinos y familiares quienes se encargaron de frenar la contingencia como pudieron, con mangueras y baldes para arrojar agua y lograr que las casas lindantes, de similares características, no sufrieran el alcance trágico.
Más de treinta minutos de demora se habría registrado hasta la llegada de la primera autobomba y cuadrilla de bomberos. Situación similar se destacó ante la llegada de una ambulancia para asistir a los niños y a su madre, Aurelia Itatí Encina de 26 años.
El estado de los menores era desesperante y fueron trasladados de inmediato hasta el Hospital de Pediatría. Las primeras curaciones apuntaron a evitar infecciones externas pero la mayor preocupación mostraba la evolución del niño de 7 años que debió ser sedado y conectado a un respirador porque las quemaduras en su cuerpo superaban el 60 por ciento y la inhalación de monóxido de carbono no fue poca y también afectó las vías respiratorias con el calor.
El fuego arrasó con todas las pertenencias de la pareja y sus hijos. Tanto Ramón Antúnez como Itatí Encina se dedican a múltiples labores o changas, la principal es la elaboración de muebles económicos elaborados con madera y recubiertos con tapicería.
Pero la pérdida fue total respecto a lo material, en la calle quedaron tirados chapas y retazos de heladera, cocina y los roperos con la ropa de toda la familia.
Intervención clave
Los testigos que contactó este Diario en el barrio Sol de Misiones, destacaron que el arrojo de la propia madre de ingresar al fuego y humo junto a su cuñado que reside enfrente fueron determinantes para salvarle la vida a los niños.
En cuanto al principal sospechoso del ataque, Ramón Antúnez Batista, fue detenido y permanece internado en el Hospital Madariaga con custodia policial.
Fue aprehendido por orden del juez de Instrucción 2, Juan Manuel Monte, luego de que se presentara con las quemaduras visibles a preguntar por el estado de las víctimas en el Parque de la Salud del Hospital Escuela Ramón Madariaga.