La moda surgió en el Siglo XIV, ya hace aproximadamente 5 siglos, y se caracteriza hasta el día de hoy por las tendencias repetitivas no sólo en el uso de la ropa o accesorios, sino también en los estilos de vida, o en las maneras de comportarse, que marcan o modifican las conductas de las personas.
Estar a la moda habla también de un sentido de pertenencia, todos queremos o necesitamos pertenecer, sentirnos incluidos en un grupo. Estar a la moda es sinónimo de “ser parte de…”.
Los colores, más allá de las modas, hablan de emociones, energía, de qué estamos sintiendo, de cómo queremos conectarnos con el mundo y cómo nos presentamos ante él todos los días.
Cada vez que eliges una prenda para vestirte, de manera consciente o inconsciente estás eligiendo un color, que dice mucho de lo que está ocurriendo en tu vida, incluso de lo que podés estar necesitando.
La psicología del color nos dice que aquel que rechazas es al que más atención necesitas prestarle.
La moda siempre va a estar presente, marcando “algo”, pero a la vez cada persona tiene la libertad de expresarse como quiera, con los colores que elija utilizando o no la colorimetría que nos enseña que todos tenemos una paleta de 36 colores, que al usarlos nos van a quedar bien, teniendo en cuenta nuestro color de cabello, ojos y piel.
Para la colorimetría ningún color está prohibido, lo que significa que, si un color te gusta, pero no te queda bien, podés usarlo igual y combinarlo con los otros 36 que sí te quedarán bien.
Los colores son energía, nosotros mismos somos energía de colores en constante cambio, incluso los colores en nuestras vidas marcan momentos específicos desde la toma de decisiones hasta los cambios que necesitamos hacer en nuestras vidas.
Las personas que usan mucho el rojo, pueden estar sintiendo mucha ira, o pueden estar justo usando este color para tomar decisiones.
El rojo nos ayuda a sacarnos los miedos, a las personas que son de bajo perfil o tímidas les cuesta usar este color. El naranja nos habla de personas felices, alegres, llenas de energía o que se encuentran sedentarias, perezosas, con culpas que arrastran de su pasado. Este color por un lado nos habla de libertad a nivel espiritual y por otro de encierro.
El amarillo trabaja con la pregunta: ¿Quién estoy siendo en este momento? Al ser el primer color que detecta el cerebro, trabaja con el intelecto y el hemisferio izquierdo, que utilizamos a la hora de ser racionales. Por otro lado marca presencia y nos ayuda a mostrarnos cómo realmente somos, en su lado negativo nos habla de tener vergüenza, ser críticos y tener baja autoestima.
Con el verde trabajamos nuestras tristezas, penas y angustias, este color está relacionado con el corazón, que en su lado positivo nos habla de amor incondicional, conexión, calma y equilibrio.
El azul es el color preferido a nivel mundial por las personas, según una encuesta realizada por la autora del libro “Psicología del color”, Eva Heller. Está relacionado a la comunicación, a nuestra forma de expresarnos y abarca desde la voz hasta la mirada y los gestos que usamos al hablar.
Es el color de los comunicadores, filósofos y poetas, nos ayuda a hablar desde el corazón, en su lado negativo al tener el don de la palabra nos habla de manipulación y depresión.
El índigo es un color que usamos mucho y no le sacamos provecho, todos tenemos un jeans de ese color, es un azul oscuro profundo. Tiene tres características importantes, trabaja con el tiempo presente, aquí y ahora, nos ayuda con el trabajo de no juzgar y por último con aprender a escuchar a nuestra intuición. En su lado negativo nos vuelve personas cerradas, negativas y estresadas.
Por último tenemos al violeta, lleno de magia y misterio, al ser un color secundario tiene características del rojo como la fuerza, seguridad, sensualidad y del azul como la confianza, la honestidad, la fidelidad.
El violeta es transmutación, va mucho más allá que un cambio de gustos, este color aparece para soltar lo que ya no nos sirve, ya que trabaja con el desapego con este color podemos encontrar el camino a nuestra mejor versión.
Los colores nos hablan y nosotros nos expresamos a través de ellos.
La moda puede o no acompañar, pero lo que sentimos y transmitimos al mundo son un montón de colores con los que convivimos y compartimos todos los días.
Así que cuando usas un color también estás contando al mundo cómo te sentís.