Pongámosle un arcoíris multicolor al día a día, encontremos el lado positivo a cada situación por más difícil o decepcionante que pudiera ser.
La vida es un milagro, nosotros somos un milagro, sé que a veces muchas cosas por las que tenemos que pasar nos ponen tristes o furiosos, pero atrás o adelante de eso nos está mostrando algo que debemos sanar, perdonar o simplemente dejar ir.
Así que pongámosle color a nuestro día, uno a la vez, conectémonos con el Verde que nos une a otros corazones y tienen la capacidad de amar y perdonar.
Con el azul, que nos lleva a revelar mentiras que teníamos guardadas, a hablar con el corazón para poder decir lo que realmente sentimos y queremos para nuestra vida. Si te conectas con el amarillo vas a poder mostrar quién estás siendo en este momento, sin máscaras, sin filtros y lo mejor: te vas a divertir en el camino.
A la hora de superar miedos llega el color más valiente, el rojo fuerza, seguridad, nos ayuda a salir de ese lugar en el que estamos estancados, en definitiva te ayuda a la toma de decisiones.
El feliz color naranja podemos utilizarlo para enfrentar culpas, como también a la hora de trabajar con el desapego, recordando que todo es temporal. Lo que nos lleva al color índigo (azul más fuerte) que nos invita a disfrutar de lo que nos está pasando viviendo en el aquí y ahora y escuchando más a nuestra propia voz interior, a nuestra intuición.
Y con el color violeta nos acercamos a Dios, podemos sentirlo, hablarle y sobre todo escuchar, color del cambio y sobre todo del soltar, más que nunca con este color dejamos que las cosas fluyan y querer tener el control deja de tener importancia, sólo confiamos en que todo toma su lugar.
Sólo tengan presente estos colores y úsenlos, mediten con ellos. Esa es la forma de conectarse. Recuerden que tienen un arcoíris lleno de cosas bonitas para ¡disfrutar!