Cada una de nosotras decide emprender por distintos motivos. Como mujeres emprendedoras, ¡tenemos miles de ideas y nos encantaría que el día tuviese 200 horas o más! para hacer todo lo que queremos en cada uno de nuestros roles: mujer, emprendedora, madre, hija, amiga, novia y la lista seguiría largamente.
Independientemente de tu vocación y del espíritu emprendedor, hay ciertas prácticas que son muy útiles a la hora de potenciar tu emprendimiento y desarrollar tu liderazgo:
1) AUTO-CONOCERTE. No siempre nos conocemos tanto como creemos. Se trata de saber no sólo cuáles son tus conocimientos técnicos (aptitudes) sino fundamentalmente tus actitudes: ¿Generas confianza? ¿Desarrollas una actitud optimista contigo y con los demás? ¿Cuáles son tus fortalezas? ¿Y tus talentos? ¿En qué eres realmente buena y qué cosas disfrutas realmente hacer? ¿Cuál es tu motivación más profunda? Para poder desarrollar tu liderazgo, es fundamental que te conozcas verdaderamente.
2) Si aún no lo has hecho, DEFINE TU VISIÓN. ¿Cuáles son tus expectativas? La pasión es fundamental en lo que haces. ¿Hacia dónde quieres dirigir tu emprendimiento? El liderazgo se define en base al impacto que generas sobre las demás personas, cómo inspiras confianza, respeto y admiración.
3) PRIMERO LO PRIMERO: Cuando comenzaste a imaginarte cómo querías que fuera tu negocio, seguramente se te han venido a la mente un montón de ideas maravillosas que estaría genial implementar. Sin embargo, es clave que puedas PRIORIZAR. ¿Qué es lo que realmente necesitas empezar a hacer para poner tu negocio en funcionamiento lo antes posible? ¿Cuál será tu primer paso? ¿y tú segundo? Es clave diferenciar lo que sería lindo o bueno tener de lo que es imprescindible para avanzar.
Ten cuenta que desarrollar tu liderazgo no tiene que ver con el rol formal que ocupes sino con qué actitudes generas e inspiras en los demás para obtener resultados extraordinarios, motivación y sentido en lo que haces. Excelente Domingo para Todos.