Los cambios en la vida son necesarios, hay una frase que dice: “Lo único constante es el cambio” y es cierto, ningún día es igual a otro, a los que dicen que tienen una vida rutinaria yo les diría que creen eso porque no logran ver la magia que encierra cada momento, todo el tiempo ocurren cosas.
Hay que aprender a observar con más detalle, ver los colores, los movimientos, abrir los sentidos y conectarse con el sabor de las cosas, de la vida.
Los colores nos hablan, cuentan acerca de lo que sentimos, lo que emitimos y muchas veces de manera inconsciente nuestro ser se manifiesta a través de ellos.
Cuando dejes de ver que sigues una rutina, el color violeta comenzará a aparecer en tu vida, te llamará la atención, incluso te lo querrás poner.
Este color nos habla de los cambios profundos, reales, cambios que nos hacen bien, este color misterioso y de magia nos ayuda en los procesos por los que muchas veces tenemos que transitar y como si fuera poco tiene ese plus de relajación necesario a la hora de decidir, cambiar y mejorar.
Este color trabaja en conjunto con el sistema nervioso, es un ansiolítico por vibración y sedante natural que se obtiene de la luz.
Pon atención por si este color te resulta incómodo, intolerante, quiere decir que hay algo en tu vida que no estás queriendo soltar, que te cuesta salir de tu zona de confort, así que en contraposición a lo que sientes es el color que estás necesitando, y una vez que aceptes aquello que debes soltar, este color será tu preferido. No es magia es simplemente la vibración del color violeta haciendo su trabajo, desde tu inconsciente.
Vivir desde el lado positivo del violeta es vivir una vida con cambios, generando proyectos y aprendiendo a ver la vida con otros ojos.