Guardó silencio por consejo de su abogado defensor, solicitó su excarcelación al juez de Instrucción 1, Leonardo Balanda Gómez, y regresó a su celda de detención de la Unidad Regional IV.
Breve fue el paso por el juzgado de esta localidad del joven de 29 años atrapado durante la madrugada del jueves en Oberá luego de protagonizar varias horas de violencia familiar, robo e intentar matar a machetazos a una suboficial de la Policía de Misiones.
Se abstuvo de ser indagado sobre las circunstancias de la imputación provisoria que enfrenta. Se amparó en su derecho de no declarar en su contra y se le notificó que durante los próximos días se recogerán evidencias y testimonios por los delitos que habría cometido: “Homicidio agravado por ser cometido contra un funcionario policial y hurto”.
Su padrino legal también presentó un pedido de excarcelación bajo caución, beneficio que será analizado por el juez de Instrucción mencionado previo paso para la opinión pertinente del fiscal de Instrucción de Puerto Rico, Héctor Simon.
En esta instancia de evolución del expediente, con resultados de evidencias que restan informarse y declaraciones de testigos y víctimas por tomarse a partir de mañana, se baraja que la respuesta será negativa a la libertad bajo fianza. Más aún si se estima la zona de frontera y el umbral de pena superior a los ocho años de prisión por los delitos que se le endilgan. Es decir, factores que podrían empujarlo a darse a la fuga y no responder ante la Justicia.
Golpes y fuga
Según el sumario de la Unidad Regional IV que inició el expediente de la causa, el sospechoso con domicilio en el cruce de la avenida Del Colono y calle Colón en Garuhapé habría intentado asesinar a machetazos a una integrante de la Comisaría de la Mujer de Puerto Rico el miércoles por la noche, poco después de las 22. Pero antes de este ataque, habría discutido y golpeado a sus padres quienes se negaban a entregarle las llaves de un Fiat Siena y dinero.
Estas agresiones habrían sido frenadas por una joven policía que alquila un departamento en el mismo predio propiedad de los progenitores.
No quedó claro aún, pero se estima que el muchacho de todas maneras le quitó las llaves a sus padres y tomó el automóvil rumbo a la Comisaría de la Mujer de Puerto Rico, a seis kilómetros de Garuhapé, con la extrema intención de vengarse de la joven policía.
Cuando irrumpió en la dependencia de la Unidad Regional IV machete en mano, atacó a Vanesa Soledad Medina (32) cabo primero que intentó defenderse pero sufrió cortes en el cuello y brazos.
Se estima que el violento se habría confundido de víctima y al ver que dos compañeras de Medina reaccionaron, se dio a la fuga mientras la suboficial era puesta a resguardo en el baño de la comisaría y los refuerzos policiales (y la primera asistencia médica) se aproximaban.
El joven de Garuhapé se dio a la fuga pero antes debió cargar combustible en una estación de servicio de Puerto Rico. Llenó el tanque del Siena gris y dejó al playero esperando los 4.700 pesos por 22 litros de nafta súper.
La huida duró cerca de dos horas y atravesó las localidades de Ruiz de Montoya y Aristóbulo del Valle por las rutas provinciales 223 y 7. Antes de las 2 del jueves, sobre la ruta nacional 14 en Oberá, un retén de la Unidad Regional II lo aguardaba para frenarlo definitivamente.
Pericias mentales para el detenido
La salud mental del detenido oriundo de Garuhapé es uno de los puntos determinantes que deberá aclararse en los próximos días.
Certificados médicos fueron sumados al expediente durante las últimas horas y señalan que padece episodios o brotes de esquizofrenia y que por ello, debe cumplir con un tratamiento con medicación psiquiátrica.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, este punto no sería tomado aún en cuanto a la consideración de imputabilidad. Primero deberá ser estudiado su cuadro o patología por peritos forenses para determinar si, de prosperar la acusación, es pasible de ser juzgado como una persona que comprende la gravedad de sus actos.