El vicepresidente de la Legislatura provincial, Hugo Passalacqua, analizó los desafíos políticos y de gestión para los años próximos desde la visión “misionerista” del Frente Renovador, en un contexto de país que se dice federal pero funciona como unitario, inmerso en una grave crisis política y de representatividad; y con numerosos problemas sociales y económicos por resolver.
En entrevista exclusiva con FM 89.3 Santa María de las Misiones, dijo que entre los principales desafíos que tendrá la Provincia para el futuro es lograr articular los pedidos ante la Nación y que el próximo presidente reconozca una deuda histórica con Misiones.
Consideró que la zona aduanera es un reconocimiento “a tanta ingratitud del país central” pero que hay otros temas que se deben resolver, como la falta de más fondos para construir viviendas.
Passalacqua es mencionado como el próximo candidato a gobernador por el Frente Renovador y, en este sentido, dijo que “no le escapo y nunca le escapé a ninguna responsabilidad”; y sobre el eventual desdoblamiento de las elecciones en Misiones opinó: “Estoy de acuerdo porque se discuten agendas diferentes”.
¿Cuál es el principal desafío para el futuro?
Creo que hay que trabajar mucho en hacerle entender a Buenos Aires que los provincialismos están emergiendo, los cordobeses, los salteños, los neuquinos. Ellos (la Nación) tienen que estar al servicio porque las provincias somos más importantes y tenemos que tener más autoestima.
No me gusta el sistema porque parece que los pensamientos políticos se validan allá, que si pasa por Buenos Aires es “un pensamiento político serio” y desde la provincia no podés tener pensamiento político. Incluso desconocieron hasta nuestro héroe Andresito un siglo y medio. Hay que plantarse con nuestras necesidades, necesitamos planes particulares de viviendas, Misiones sola no la puede resolver.
Así como la patagonia tiene sus problemas, Misiones tiene un déficit de 90 mil viviendas. Se entregan 10 mil por año pero se va incorporando gente a la demanda y siguen faltando 90 mil. Por más esfuerzo que hagamos, no llegamos. Si la Nación no nos mira de manera especial, es difícil.
El desafío de quien gobierne será articular con el Presidente que sea, que debemos plantarnos en nuestra posición de misionerismo, con nuestros diputados, con el Gobernador, hay que ir un poquito más allá y hacernos valer, ese es el gran desafío. Aparte de eso, trabajar muchísimo con los tres estados sureños de Brasil. Tenemos que hacer más puentes, nos hacen falta cinco con Paraguay y cinco con Brasil. Sueño con Misiones más integrada, con volumen intelectual, puesta en la modernidad. Hay que trabajar en el ahora y mirando el futuro que es mucha tecnología”.
¿Tenés expectativas con la Zona Aduanera?
Mucha expectativa. Nos lo merecemos porque somos la única provincia encorsetada en otras dos economías. Lo que ocurre en los dos países impacta en Misiones: ¿cómo no vamos a tener tratamiento particular cuando tenés dos economías grandes?
Tenemos que tener herramientas para estabilizarnos. Las provincias no tenemos posibilidad de imprimir billetes, entonces tratamos de mover la economía para recaudar.
Así como la Patagonia tiene un régimen especial para el frío, ¿por qué Misiones no puede tener un régimen especial, si somos la única del país que no tiene gas? A esta altura yo digo que se nos prohíbe el gas, se nos prohíbe la autovía en la ruta 14.
La zona aduanera es la única salida para que Misiones crezca más, nos lo merecemos porque el país central nos quitó demasiado desde la coparticipación. Somos la provincia que más recursos propios aporta desde el presupuesto provincial.
Voy a dar el ejemplo del IVA: nosotros mandamos 7.500 millones de pesos por mes, solo en IVA que se recauda en Misiones. De esos 7.500 millones, 5.000 millones quedan en Buenos Aires y 2.500 vienen para Misiones.
Encima somos la séptima economía, quiere decir que estamos haciendo bien las cosas. Cuánto bien nos iría sin no hubiese esta tragedia impositiva de tener que mandar tanta plata y que vuelva tan poco. Y suele ocurrir que se olvidan de mandar el Fondo Nacional de la Vivienda o el FET y tenés que ir allá a reclamar lo que es nuestro. Y decirles que tenemos 15 mil tabacaleros esperando la plata.
Ellos nos auditan nuestros gastos, me parece que está bien que lo hagan pero, ¿por qué no me dejan a mí auditarles a ellos? Eso hace a la transparencia, yo también quiero saber qué hicieron con los 5.000 millones (que se quedaron).
Nosotros reclamamos lo nuestro desde un espacio provincialista, la agenda nuestra es la agenda de los misioneros. No nos llama nadie de un 011 para decirnos lo que tenemos que hacer. Por eso creo que la zona aduanera va a significar una salida a tanta ingratitud del país central para los misioneros.
¿Cómo ve el país?
Hay dos miradas, una que ocurre en el país central y otra en la periferia. Hablo por mí, sin involucrar a mi espacio: veo en el país central una tragicomedia, porque es trágico pero a la vez produce risa, porque están midiendo quién dice las cosas más fuerte, quién hace más show, quién dice la grosería más grande para llamar la atención. Van llevando al país a un estado de estrés muy fuerte.
La segunda mirada es la del ciudadano de a pie que no puede llegar a fin de mes, que está preocupado por la inflación. Y tiene que estar viendo el espectáculo grotesco que están dando los que tienen que resolver el país.
Esta es la gente que va a solucionar los problemas, traer el gas a Misiones, continuar la autovía, la hidrovía. Uno entra a dudar y se siente huérfano, indefenso.
¿Y qué destaca de Misiones en este contexto?
El pueblo misionero es muy emprendedor, muy trabajador. Misiones pasó a ser la séptima economía del país y es mérito de la gente. El misionero no quiere esos líos, quiere trabajar tranquilo, disfrutar la vida, disfrutar el río, comprar la moto, mandar a los chicos a la escuela.
Por ejemplo: en Eldorado pasás por una cuadra, volvés al año y el negocio ya cambió. Andás por una Picada donde no hay nadie, Paraje el Volcán, pasás al año y hay tres casitas, al otro año hay cinco y ya están pidiendo una escuela. Misiones tiene una energía vital que no puedo explicar.
Eso no lo veo en Corrientes, Catamarca, lo digo con respeto, acá hay muchas ganas de salir adelante, una energía muy poderosa.
Es difícil por la forma de distribución de la gente, que hay que llevarle luz a dos casas por kilómetros, poner escuela, policía. La gente no está concentrada.
¿Qué opina del crecimiento de Javier Milei?
Mi interpretación es que entró por la frustración nacional de todo lo que está ocurriendo. La gente se siente no observada por el poder político nacional. Al no sentirse observado ejerce una especie de reclamo y lo canaliza por ahí. Es una mezcla de bronca y habrá un sector que quiere que no haya Estado, que son liberales rabiosos, pero me parece que la mayoría pasa por una situación de bronca, de enojo, malestar.
Si una parte de la gente tiene esa mirada hay que respetarla, hay que preguntarse porque alguien que no tiene historia política de golpe se gana muchos seguidores. Creo que por los propios errores del sistema.
¿Cuál debería ser el rol de los jóvenes en la política y en la gestión?
En eso el ingeniero Rovira ha tenido desde siempre una visión de darle lugar a los jóvenes, darle experiencia, compromiso social, llevarle a situaciones que en otro momento la nomenclatura partidaria no te dejaba.
Antes los partidos eran a una especie de logia, donde el joven estaba para pintar el cordón o cebar el mate. Te decían “algún día te va a tocar” o te decían “esperen afuera que estamos discutiendo algo”. Nos ofendía porque podían decirnos: “Vengan a ver qué idea tienen”. Te bajaban el precio, como diciendo quién sos para venir a opinar.
Es un mundo que está en cambio, siempre estuvo en cambio pero ahora los cambios se dan más rápido. Eso exige miradas mucho más refrescadas sobre los problemas, no sólo en lo tecnológico sino a formas de solucionar creativamente los problemas.
El mundo va a perder en los próximos años mil millones de empleos. Entonces se debe trabajar ya en los problemas del futuro y esto lo ven Carlos y Oscar (Herrera).
¿Cuál es su postura sobre las PASO?
Siempre dije lo mismo desde el día uno. Las PASO no me gustan, no las entiendo, no sé para qué están. Algunos vacilan: cuando les conviene, a veces dicen que sí y otras veces dicen que no.
Yo no le encuentro el sentido a tamaña movida. No quiero usar la palabra absurdo. Pero son como los partidos amistosos, las PASO son un partido amistoso.
¿Y desdoblar las elecciones?
Convencido que sí, lo hemos hecho varias veces y es un hecho de sensatez política. Una cosa es lo nacional que tiene otros intereses geopolíticos y otra cosa es la discusión de nuestra agenda misionera. Si mezclás, uno puede traccionar al otro y por simpatía terminás votando toda la boleta completa. Nosotros tenemos que discutir nuestros temas por separado.
¿Te gustaría volver a ser gobernador?
Por nuestros comportamientos en la renovación, tenemos alguien que conduce, creemos en él, Carlos Rovira pensó esto y nos invitó a formar el espacio, y en cuatro meses ganó las elecciones por más de 50% de los votos. Él estaba escuchando el reclamo de la sociedad de tener su propia agenda.
No se trata de satisfacer vanidades ni egos personales, es un tema de qué le conviene a la provincia y en función de eso el espacio va a ofertar. Carlos es un hacedor de gobernadores, muchas veces pudo ser candidato y eligió otra persona. No lo hace por capricho, ve tus capacidades para el momento, la gente escucha y mira, no hay que olvidar que es ingeniero químico, él espera que las cosas catalicen, y al final tenés resultado. Nunca le escapé a ninguna responsabilidad.
¿Cómo ves a la oposición?
Esto no es una chicana, pero veo que están muy pendientes de la interna de Buenos Aires, veo en la cámara que se enfrentan uno de cada espacio en función de la interna de Buenos Aires.
Nosotros salimos de eso porque estamos en Misiones y la gente necesita respuestas a los temas de acá. La relación con la oposición es buena pero creo que cometen un error al seguir enganchados a las internas de Buenos Aires.
Te usan para levantar la mano pero, a los grandes partidos no les interesa lo que pasa en Misiones, al poder central no le interesa porque está en la pelea por el poder nacional.
La salida de Argentina no pasa por Buenos Aires, pasa por las provincias. Hablás con ellos y muchas veces te tratan como provinciano y te hacen sentir que sos una carga, con un tono despreciativo, altanero.