El aumento de las temperaturas también llega con una mayor presencia de insectos y animales venenosos. A pesar de que muchos sólo requieren cuidados paliativos, algunos pueden resultar peligrosos e incluso letales.
En comunicación con PRIMERA EDICIÓN el responsable del Programa Provincial de Estudio de Animales Venenosos del Ministerio de Salud Pública, Roberto Stetson, explicó que en este encuentro con algunos bichos “es la época en que comienzan a producirse este tipo de accidentes porque todos los organismos están en su máxima actividad biológica y reproductora. Aparte, tenemos el calor y la actividad al aire libre”.
Recordó además que “es una provincia de área ofídica y con la urbanización, se avanza sobre su medioambiente. Algunas especies consiguieron adaptarse a las áreas rurales e incluso a lo urbano”.
Stetson señaló que en materia de incidentes “la provincia mantiene el récord, porque el 50% de los accidentes ofídicos del país se registran en Misiones”.
Afirmó que “esto también sucede porque contamos con mayor cantidad de especies venenosas. En la yarará, tenemos 7 especies diferentes, distribuidas en distintos puntos de la provincia. En la coral, son cuatro especies, cuando en el resto del país con suerte tienen una o dos especies de yarará o coral”.
Sobre los registros de accidentes con serpientes, precisó que “cuando se da un accidente se debe rellenar una ficha médica del paciente. En promedio anual es de 210 casos, donde el 96% es por yarará, un 3% cascabel y menos de 1% de coral”.
Al momento de darse una picadura, “estas especies utilizan el veneno para paralizar a sus presas y predigerirlas. Este veneno produce enzimas que disuelven al animal”.
Para contar con los sueros antiofídicos, Stetson aseguró que desde Salud Pública “tenemos un proveedor oficial, el Instituto Malbrán, que nos envía el antídoto de muy buena calidad, para estar disponible en centros asistenciales”. En el caso de darse una picadura, de cualquier especie, recordó que “lo mejor es acudir rápidamente a un centro de salud”.
Por otra parte, están los encuentros con orugas venenosas, respondió que “son parte del ciclo biológico de las mariposas, que entran en actividad reproductiva. Depende de la temperatura, hasta marzo y abril pueden encontrarse”.
El doctor indicó que en estas especies “se debe tener cuidado porque alguna de estas, como las Gatiño o Cachorriño, que tienen pelos, producen accidentes leves. Bajo sus pelos suaves, tienen púas venenosas que producen dolor y pueden provocar descompostura general, cefalea en algunos casos, pero que no llegan a ser mortales y sólo requieren cuidados paliativos”.
Asimismo, “es diferente con la especie Lonomia obliqua, la taturana hemorrágica, que se encuentra en la zona centro y norte de la provincia, más sobre el lado del río Uruguay. Es peligrosa y en su contacto actúa en la escala de coagulación, produciendo hemorragias. En ese caso, se utiliza antídoto que llega a la provincia desde Brasil, el único país donde se produce el medicamento”.
Con la taturana, Stetson resaltó que en la provincia “son raros los casos, porque sólo está en áreas naturales y silvestres, porque se alimenta de árboles próximos a su hábitat en la selva”. En los registros, aseguró que “son muy escasos y en 15 años habrá sido unos 9 casos”.
Alacranes y arañas
Entre los alacranes, “los de importancia médica son los de color claro, que están muy domiciliados, como el tityus trivittatus, que se alimenta de cucarachas y está en cámaras sépticas. Son nocturnos y pueden provocar incidentes al pisarlas”.
En cuanto a arañas, Stetson señaló que “en Misiones tenemos dos especies, la del rincón, que está muy domiciliada y es nocturna. La otra, que es conocida como araña del bananero, es errante y vive generalmente en baldíos en zonas urbanas. Es de tamaño importante y le dicen la falsa araña pollito, es peligrosa y neurotóxica”.
“La limpieza del hogar y de los patios colabora en evitar la presencia de estos animales”, cerró