Ante una semana con días de 40 grados de sensación térmica, los profesionales e instituciones de la salud salieron a alertar sobre el alto riesgo de golpes de calor en los dos grupos más vulnerables: niños y adultos mayores.
Un dato a tener en cuenta es que el golpe de calor no siempre ocurre por la exposición al sol, también puede darse por hacer actividad física en lugares poco ventilados y ambientes muy calurosos. Es que el golpe de calor es el aumento de la temperatura del cuerpo, cuando falla su capacidad de regular esta temperatura y pierde agua y sales esenciales necesarias para su buen funcionamiento.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN, la médica gerontóloga y responsable de la Dirección de Gerontología del Ministerio de Salud Pública, Mirta Soria, indicó que los adultos mayores “podemos tener fallas de percepción de nuestro sistema de termostato que regula la temperatura del cuerpo. Además, no siempre tenemos la sensación de sed… por eso siempre hablamos de ofrecer agua permanentemente a las personas y sobre todo a los adultos mayores”. Soria recomendó no exponerse al sol de 10 a 16 horas y, de hacerlo, salir con sombreros, sombrillas, protector solar y ropa clara y holgada.
“Los rayos ultravioletas son mucho más dañinos que hace un siglo, como consecuencia de los cambios climáticos”, remarcó y aconsejó además una alimentación más liviana durante el verano, rica en frutas y verduras.
Agua, no otros líquidos
Por su parte, la responsable del Departamento de Emergencias del hospital Madariaga, Andrea Gallardo, señaló que “los más afectados siempre son los niños y adultos mayores, estos dos grupos necesitan que alguien les aporte líquido. Es importante que con el calor estén con ropas claras, holgadas, protegiéndose del sol, entre las 10 y 16 horas, y los días de mayor calor extender ese horario”.
Tanto Soria como Gallardo coincidieron en la importancia de tomar entre dos a tres litros diarios de agua y que esta cantidad de líquidos no puede ser reemplazada por mate, tereré, gaseosas y mucho menos bebidas alcohólicas. Soria diferenció además el golpe de calor de los cuadros de deshidratación, “un golpe de calor generalmente está acompañado de un cuadro de deshidratación pero este último puede tener otras causas diferentes, por ejemplo una gastroenteritis”, detalló.
De todas maneras, la principal recomendación para una persona que presenta síntomas de deshidratación es la ingesta de agua fresca (ni caliente ni muy fría) y de a sorbitos.
Según indicó la responsable del Departamento de Emergencia del Hospital Ramón Madariaga, el verano pasado atendieron a muchos pacientes con deshidratación y recordó que “son severos cuando hacen fiebre o cuando alteran el sensorio, por lo que en esos casos son motivo de consulta para la guardia de Emergencia”.
Recomendó además acudir al médico cuando “una persona no está orinando bien, no puede ingerir líquidos, por ejemplo, al tener un problema digestivo y al no poder reponer los líquidos es importante la consulta a la guardia de emergencia para prevenir complicaciones”.
Cómo distinguir los síntomas y qué hacer para evitar complicaciones
Con una ola de temperaturas altas que recién inicia en este sector del país y principalmente en Misiones, el calor intenso puede poner en riesgo la salud, especialmente de los mayores de 60 años y de los bebés y niños.
Los períodos de altas temperaturas pueden provocar un golpe de calor, caracterizado por fuerte dolor de cabeza, pérdida de la conciencia, aumento extremo de la temperatura corporal, mareo y sequedad en la piel.
El golpe de calor es una forma grave de lesión por calor, en el que la temperatura del cuerpo alcanza los 39 grados o más. Por ello, para prevenir estos cuadros es clave reconocer los síntomas y saber qué hacer y qué evitar si se producen.
El agotamiento por calor es un estadio previo al golpe de calor. Sus síntomas son la sudoración excesiva, piel pálida y fresca, sensación de calor sofocante, sed intensa y sequedad en la boca, calambres musculares, cansancio o debilidad, dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños), mareos o desmayo. En los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal.
Mientras que los síntomas del golpe de calor incluyen, además de la temperatura superior a 39 grados, piel roja caliente y seca (se agota la transpiración), respiración y frecuencia cardíaca acelerada, dolor palpitante de cabeza, alteración del estado mental y del comportamiento como: vértigos, mareos desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento; y convulsiones.
Los pasos a seguir
Un golpe de calor es una situación grave, por lo que se debe llamar inmediatamente a un servicio de emergencia o llevar a quien lo esté sufriendo sin demora hasta el centro de salud más cercano.
Hay que llevar a la persona a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado frío. Se recomienda además quitarle la ropa y enfriarla rápidamente mojando con agua fría todo el cuerpo. Si está consciente darle de beber agua.
Por otra parte, las indicaciones de expertos son claras en el hecho de que está desaconsejado administrar medicamentos antifebriles y friccionar la piel con alcohol porque puede causar intoxicación.