Enmudecidos por el dolor, la familia de la pequeña Isabelina Ávalos (su nombre era Martina Isabella), de nueve años, despidió ayer a la mañana a la niña que fue inhumada en el cementerio municipal de Garuhapé.
Su mamá debió ser asistida porque se descompensó en el velorio.
Cientos de personas -entre ellos niños que eran sus amigos y compañeros de colegio o de las actividades deportivas que Isabelina realizaba- se acercaron a despedirla y tratar de ofrecer consuelo a sus padres y a su hermanita.
También algunos de sus compañeros de escuela debieron ser asistidos porque se descompensaron.
El canto religioso fue uno de los pocos sonidos que rompió esta triste mañana en Garuhapé, la localidad que pasó desde el lunes pasado y hasta ayer en una montaña rusa de emociones.
Durante el funeral, las autoridades policiales de la UR-IV Puerto Rico y de la Comisaría de Garuhapé, acompañaron en todo momento a los familiares.
Abrupto giro en la investigación
Sobre las causas de su muerte se habló mucho esta semana pues los primeros test toxicológicos realizados en el Hospital SAMIC de Eldorado dieron positivo para cocaína. Tras cinco días de estudios y la autopsia del cuerpo de la niña, el Cuerpo Médico Forense concluyó el viernes a la tardecita que no tenía rastros en órganos y sangre de ninguna sustancia toxicológica. En cambio, se dilucidó que la causa de muerte fue infección generalizada originada en una infección urinaria por la bacteria escherichia coli.
El sábado, una gran multitud se acercó a la sala velatoria y luego acompañó a la familia a dar su último adiós en el cementerio. Estuvieron presentes muchos de sus compañeritos y docentes de la Escuela 714 de Garuhapé, sus compañeras de newcom y del equipo de hockey.
Por obvias razones, fue velada a cajón cerrado. Al momento de su entierro, sus padres se abrazaron para tratar de darse consuelo. Algunos familiares, como uno de sus tíos, viajaron desde otros puntos del país para acompañar a la familia en este momento tan duro.
PRIMERA EDICIÓN también estuvo presente en este último adiós.
¿Qué causó su muerte?
Según se pudo sacar en claro a partir de las declaraciones de la familia, Martina Isabella (su familia la llamaba Isabelina) comenzó el miércoles 9 de noviembre con una molestia en el oído. Pero el jueves no quiso faltar a la escuela porque actuaba en el acto por el Día de la Tradición y estaba entusiasmada en usar el traje que le confeccionó su mamá.
Por la tarde, comenzó con dolores abdominales y su mamá -que estudia enfermería- decidió aplicarle una inyección de Reliverán. Sin notar mejorías, la niña fue llevada por sus padres al Centro de Atención Primaria (CAPS) de Garuhapé y de ahí al Hospital de Puerto Rico donde fue derivada de urgencia el sábado a la mañana al Hospital SAMIC de Eldorado.
La niña ingresó al SAMIC con dolor abdominal, desorientación tiempo espacial y deshidratada. De inmediato, el equipo de salud comenzó a hacerle una batería de estudios para tratar de hallar la causa del cuadro. Se descartaron enfermedades neurológicas por tomografía y se hicieron estudios toxicológicos que dieron positivo para cocaína, pocos días después, el Cuerpo Médico Forense confirmó que se trató de un “falso positivo”.
El delicado estado de la niña y su trágico desenlace no dieron tiempo a que estén los resultados de cultivos.
Finalmente, fue el Cuerpo Forense el que confirmó que lo que mató a la nena de nueve años fue una infección generalizada por la bacteria escherichia coli.

Reclamo y pedido de disculpas
Isabelina murió el lunes 14 y su mamá, desgarrada por el dolor, envió un audio a la escuela en el que aseguró que su hija sufría bullying por parte de sus compañeros y docentes. Por entonces, la mamá de la niña -al igual que el resto del país, pues la noticia trascendió a los medios nacionales- creía que la causa de muerte era una intoxicación por cocaína.
No obstante, la propia madre salió a pedir disculpas por sus palabras contra la escuela, sus compañeritos y docentes. Ayer, el dolor del adiós barrió todas las acusaciones y reclamos.