Desde el año 2009 se celebra el Día Mundial del Niño Prematuro, una fecha que desea poner de manifiesto el alto riesgo de mortalidad que tiene el traer bebes prematuros al mundo. Se trata de prevenir pero también de ayudar a los niños y a sus familias para que puedan superar con éxito esta circunstancia.
La celebración fue impulsada por la Fundación Europea para el Cuidado de Prematuros (EFCNI) y organizaciones europeas asociadas. Los cofundadores internacionales Little Big Souls (África), March of Dimes (EEUU) Y National Premmie Foundation (Australia) se unieron a las celebraciones posteriormente, haciendo del Día Mundial de la Prematuridad una efeméride internacional.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año nacen unos 15 millones de niños prematuros en el mundo. En el año 2015, las complicaciones relacionadas con la prematuridad, que son la principal causa de fallecimientos en los menores de 5 años, causaron aproximadamente un millón de muertes a nivel global.
Particularmente, aquellos bebés que nacen con 32 o menos semanas de gestación o con un peso inferior a los 1.500 gramos, son considerados `prematuros de alto riesgo.
El contacto piel con piel es fundamental en estos bebés prematuros. Hay funciones de los padres y la familia que son irremplazables, y así debe ser sentido y transmitido por los encargados del cuidado médico.
Médicos y enfermeras deben informar a los padres en forma personalizada todo lo relacionado con el estado del niño, los tratamientos que recibe, sus progresos y dificultades. Para que puedan acompañar mejor a su hijo prematuro la información debe ser brindada en forma amplia y generosa, en un idioma claro y comprensible, con disponibilidad de tiempo para aclarar las dudas, permitiendo que la familia reflexione y exprese sus propias emociones.
Los padres son excelentes prestadores de cuidado amoroso, contención, control y estimulación para el niño prematuro en todas las etapas del camino, desde las unidades neonatales hasta los consultorios de seguimiento.
La historia que nos precede y que debemos continuar
El mundo ha realizado progresos sustanciales en la sobrevida de los recién nacidos, ya que el número de muertes neonatales disminuyó de 5 millones en 1990 a 2.4 millones en 2020. Estas son buenas noticias, sin embargo, la cantidad de nacimientos antes del término viene en aumento.
En nuestro país, la prematurez es una de las principales causas de mortalidad neonatal. Según los datos del Ministerio de Salud de la Nación publicados en 2022, las muertes de los bebés de menos de 2500 gramos, aportan casi el 60% de la mortalidad infantil.
La distribución y frecuencia de esto no es equitativa, ya que la ocurrencia de estas muertes depende del lugar de nacimiento: los países más ricos, con mejor distribución y mayor capacitación de los recursos humanos en salud, poseen menos muertes de recién nacidos.
Con el fin de generar conciencia de esta problemática en la sociedad, el Ministerio de Salud, con el aporte de UNICEF, instauró la “Semana de la prematurez”, y publicó, hace un tiempo, el decálogo de los derechos del prematuro.
Este año, el lema que acompaña la semana es: “El abrazo de la familia una terapia poderosa. En los servicios de neonatología, contacto piel a piel frecuente desde la primera hora de vida”. A través de esta leyenda, se muestra la importancia de los padres, como eje central en el cuidado, y la estrategia del contacto piel a piel, como protectora del neurodesarrollo de los niños prematuros.
Es importante enfatizar en la implementación de la permanencia de los padres en las unidades de neonatología, integrándolos en el cuidado de sus hijos, con acceso pleno a la información, tratándolos con respeto y dignidad, y siendo ellos quienes nos ayuden a mejorar el proceso de atención de estos niños.
La presencia permanente de la familia en la UCIN permite fomentar el vínculo a través de las conductas de apego. Todo recién nacido debe experimentar una relación continua, íntima y cálida, con su madre o madre sustituta permanente en la que ambos puedan encontrar satisfacción, y cuya falta puede acarrear consecuencias significativas e irreversibles para su salud mental.
El contacto piel a piel está descripto por los investigadores como el ambiente óptimo para cualquier recién nacido, pero particularmente para los recién nacidos prematuros en la unidad de cuidados intensivos neonatales: mejora los estados fisiológicos y de la conducta, los parámetros de frecuencia cardíaca y respiratoria, y los niveles de oxígeno.
Además, influye positivamente en el aumento de peso y en los períodos de sueño, así como también reduce los niveles de cortisol y estrés, los riesgos de infección y la frecuencia de llanto. Favorecer esta proximidad y contacto, aumenta también la producción de leche de la madre y facilita la alimentación a pecho, que es la nutrición óptima para los niños prematuros.
El abrazo de la familia es el ambiente sanador para los prematuros en las unidades de neonatología, ya que promueve el óptimo desarrollo del cerebro, por apoyar la curación y el crecimiento y mejorar el vínculo padre-niños. Hoy más que nunca, es imperante apropiarse del lema de la semana del prematuro 2022, para que el marco conceptual de todas nuestras acciones sea el cuidado centrado en la familia con la participación de los padres en el cuidado.
- Por Ana Quiroga (Directora de la Carrera de Especialización en Enfermería Neonatal, de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral) y Guillermina Chattas (Subdirectora de la Carrera de Especialización en Enfermería Neonatal, de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral).