La vida debería ser Amarilla, amar y ¡ya! Me encanta esta frase y hoy quiero que me acompañen a través de la lectura con este color, el amarillo, que mucha gente rechaza a la hora de usarlo.
Este color está relacionado con el dar y el recibir, con nuestro egoísmo y con nuestra autoestima, ¿como te sentís con el amarillo, te gusta, lo usarías, lo empezaste a buscar, te llama la atención? ¿Cuánto de este color hay en tu vida?
Todo en la vida es equilibrio y hay que encontrarlo a la hora de pensar primero en mí, si es muy necesario a la hora de sentir respeto, de poner límites, de decir lo que siento y lo que quiero en mi vida.
Ahí estás trabajando tu autoestima con el amarillo.
Muchas veces pasa que nos cuesta delegar, también dejar que nos mimen, que nos atiendan, tal vez porque no queremos depender de nadie o porque creemos que nadie va a hacer las cosas mejor que yo, y ahí en ese momento entra en conflicto el color amarillo.
Tratemos de ver la línea que separa el ego y el querese más. Esta bien amarse y decir basta. Pero también permitíte dejar a la otra persona expresarse, ayudarte y mimarte.
Recuerden que dar y recibir es un juego de poder, ya sea de manera consistente o inconsciente, donde un el que da siempre está en ventaja sobre el que recibe y el que recibe quiere dar más de lo que le dieron para devolver el favor.
Necesitamos ser y dejar que el otro sea, y ahí encontrar el equilibrio. Parece complicado, pero hay dos palabras que pueden ayudarte: aceptar y agradecer.
Te invito a que busques el equilibrio perfecto entre el dar y el recibir, rodeando a la otra persona con tus brazos más de 30 segundos. Ahí no hay ventajas, solo la unión de dos corazones, dos soles que salen de tu tercer centro energético o chakra y dos cachetes, así se potencia y equipara el color amarillo, así tu propia luz, tu propio sol se expande y multiplica.
Abracemos y disfrutemos del color amarillo.
¡Feliz Domingo!