Todos el tiempo elegimos, cada acción que realizamos, desde que nos levantamos es una elección y la mayoría de las veces de manera inconsciente o de manera automática, somos personas que generan hábitos y que genera la rutina de vivir todos los días.
Eso me hace pensar en cada consecuencia que debemos asumir o hacernos cargo de cada paso que damos, en cada elección que hacemos.
Elegir junto con arriesgarse sí o sí nos sacan de nuestra zona de confort, cuando elegimos arriesgarnos, no sabemos qué tan bueno será el resultado, qué nos va a pasar, qué tanto puede cambiar nuestra vida.
Desde la psicología del color, el rojo es el ideal para el momento de elegir y sobre todo arriesgarse, es el color de la vida, de la sangre; demanda poder, energía, audacia y autoestima.
Mirando tu vida un ratito para atrás: ¿Cuánto te arriesgaste hasta ahora? ¿Alguna vez saliste de tu zona de confort, de ese trabajo que no te gustaba, de esa pareja tóxica?
Arriesgarse es intentar ser feliz, es decir: “basta, hasta acá llegué con esto”.
Lo que sientas después de que te arriesgues es tu indicador para saber si lo que hiciste estuvo bien. “Todo lo que te de paz está bien”.
En lo personal, para mi arriesgarse es vivir, no hablo de deportes extremos, obviamente hablo de cambiar aquello que nos hace mal.
¡Llena tu vida de color rojo, arriésgate, sal de tu zona de confort, haz algo que nunca hiciste, elegí divertirte, elegí sonreír, elegí ser feliz y por sobre todo elegí amarte cada día más.