“¿Por qué no probás con el ajedrez? El ajedrez calma”, fue la frase que hizo que la docente Sara Mabel Kuti no abandonara el aula, y la llevara a introducirse en un mundo realmente mágico.
Kuti nació en la localidad de Santo Pipó, pero creció y estudió en Jardín América. Al terminar sus estudios secundarios en la Escuela de Comercio N°2, decidió viajar a Buenos Aires, como otros tantos jóvenes de la zona, en busca de mejores oportunidades. Sin recursos, se trasladó hasta la gran urbe, parada, en el último viaje del tren “El Gran Capitán”, que salía desde Posadas hasta la “Estación Federico Lacroze”.
Una vez que llegó a destino “Sari” o Sarita” recibió alojamiento en casa de su tío Carlos Dostal, y a partir de ese momento “tuve la oportunidad de comenzar a estudiar magisterio y, a la vez, trabajar como docente suplente es escuelas privadas, ya que, en ese tiempo, con el título secundario era posible. Además, resultaba un alivio porque también podía sustentar mis gastos”, recordó, después de pasar por la Casa de la Cultura, de Oberá, donde presentó sus libros “¡Jaque mate!” 1 y 2.
Hace 33 años que Kuti reside en Buenos Aires, y llevaba 30 de docente, hasta que se acogió a los beneficios de la jubilación, el pasado 30 de abril, trabajando siempre en ambos turnos.
Al hablar de su vocación, señaló que “nació aun siendo pequeña, al ver que mi padre, Antonio, sólo podía escribir su nombre, porque no fue alfabetizado. Yo le decía: ‘papi, cuando sea grande, voy a ser maestra y voy a enseñarte a leer y escribir’. Si bien cuando crecí tenía más una inclinación por ser instrumentadora quirúrgica, pero nuestra situación económica impidió que continuara esa carrera”. Y comenzó la carrera docente “con la idea de una salida laboral rápida -ya que en aquel entonces tenía una duración de dos años y medio- pensando que con ese sueldo podría pagarme la carrera de instrumentadora. Pero con el correr del tiempo, me di cuenta que tenía mucho por aprender y crecer en la docencia. Me quedé en la docencia sintiendo, no sólo que enseñaba, sino que aprendía, y cada año lo podía hacer un poquito mejor”, expresó.
Confió que el ajedrez llegó a su vida de la mano de Jorge, el papá de su hija. Fue hace 13 años, “como un recurso salvador”. Es que Kuti estaba con ganas de abandonar el trabajo “porque durante ese año observaba mucha violencia tanto física como verbal, tanto en las aulas como en el patio del establecimiento. Se daban episodios de correrse, patearse, hablar gritándose, lo que hacía muy difícil la convivencia”. Y fue Jorge “quien me dijo: “¿por qué no probás con el ajedrez? El ajedrez calma”. Y esa fue la frase que hizo que Sarita no abandonara el aula, y la llevó a introducirse en este mundo mágico.
“A medida que iba aprendiendo, les iba enseñando a mis alumnos. Y usé al ajedrez como una herramienta pedagógica, ya que en la escuela no hay ajedrez, lo implementé a través de distintos proyectos como ser: ‘juegos de antes…juegos de ahora’, ‘Desde la India para toda la humanidad’, ‘En equipo podemos más’, entre otros tantos”, manifestó.
Kuti es fundadora y docente del Club de Ajedrez: “Aprendemos a pensar jugando” (Barrio La Paz, Quilmes). Fundadora del Club de ajedrez Rodolfo Walsh, del Sindicato de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa), donde trabaja como profesora de ajedrez. Creadora de la colección de juegos didácticos: “Los juegos de Sara”. Participó de distintas ponencias en la ULP y en la Escuela Multicultural, en la provincia de San Luis, en referencia a capacitación docente con respecto al uso del ajedrez como herramienta pedagógica. Participó como ponente del “V Congreso Pedagógico Internacional de Ajedrez Educativo 2021”, avalado por la Universidad de Guantánamo de Cuba. Autora de los libros: Jaque Mate 1 “Aprendemos a pensar jugando” y Jaque Mate 2 “Aprendemos a pensar jugando”.
“Siempre utilicé el ajedrez como un eje transversal aplicado a todas las materias curriculares. De esta manera, pronto se pudo ver una gran diferencia del grupo de estudiantes que practican ajedrez con respecto a los demás”, celebró.
A pesar de ser un ajedrez escolar, “comenzamos a ser invitados a distintos torneos a los que asistimos con el acompañamiento de las familias, extracurricularmente los sábados, y charlando con los profes ajedrecistas me insistían en que mi manera de trabajar debía estar plasmada en un libro”, contó. Durante la pandemia, tuvo el tiempo suficiente para poner manos a la obra.
“Después de transcribirlos, los mandé a imprimir y a anillar, y al ver el resultado me convenció a llevarlo a una editorial”, acotó, entusiasmada.
Explicó que los libros están divididos en cuatro partes importantes: la primera, posee los contenidos curriculares; la segunda, los proyectos realizados; la tercera, actividades, y la cuarta, imágenes fotocopiables para agilizar la tarea del docente. “Son libros para el uso del docente o para padres que deseen comprender de qué se trata el ajedrez escolar. Los libros fueron muy bien aceptados. Prueba de ello, puedo decir que ya llegaron a España en dos oportunidades y están agotados. Fueron presentados en la reciente Feria Internacional del Libro de Buenos Aires”, señaló la autora.
Sobre la idea de presentarlos en Misiones, dijo que fue la idea de Enzo Olivera, presidente del Club de Ajedrez de Oberá, quien, junto a su equipo, “logró que yo me presentara y traiga esta propuesta a los docentes de mi provincia natal. Mi propuesta es usar los libros para orientar a otros docentes a fin que puedan vivir esta experiencia de poder incorporar al ajedrez dentro del aula, y usar los libros, simplemente, a modo de ejemplo, como guía. Estoy segura que, luego, cada uno pondrá en juego su creatividad y saldrán clases fantásticas”.
A Kuti, le encantaría poder llevar esta propuesta “a muchas escuelas de mi Argentina. Quiero así que otros compañeros docentes sientan y vivan con emoción su trabajo y disfruten de los resultados”.
Kuti estudió magisterio en Buenos Aires, recibiéndose de Maestra Especializada en Educación Primaria en 1993 y, desde entonces, trabajó en ambos cargos en la Escuela “Madre Teresa”, de Quilmes. Completó la carrera de Maestra de Adolescentes y Adultos en el Instituto De Piero, en Quilmes, en 2001. Comenzó a enseñar ajedrez dentro del aula integrándolo con las materias curriculares en el 2010, obteniendo excelentes resultados lo que la llevó, a pedido de la comunidad, a continuar con sus clases de ajedrez en el club del barrio “Nuevo Progreso”, donde lleva adelante el taller: ¡Jaque Mate! “Aprendemos a pensar jugando”, donde promueve un “ajedrez para todos”, social, inclusivo, educativo y formativo. Su trabajo áulico se puede apreciar en los libros: ¡Jaque Mate! “Aprendemos a pensar jugando” 1 y 2.